9 de agosto de 2009

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Hoy me ha contado Chumpéter una confidencia: cuando salía a tirar la bolsa de basura o regresaba de buscar bolitas de papel por los mostradores, veía luz en la ventana de Saleta. Se fijó en que muy cerca, casi al pie, había un container de vidrio con forma de campana. En varias ocasiones, probó con eso. Se llevaba una bolsa de botellas y las iba soltando una por una, con lentitud exasperante. Las echaba y miraba hacia arriba, a renglón seguido de oír el "catacrash".

Nunca le dio resultado. Eso no quiere decir que Saleta no pisara la calle. Entre nosotros se mantenía la costumbre cruel (y mágica) del "encuentro" fortuito heredado de aquellos años irrepetibles en Almiya, cuando -de forma inesperada- emergíamos por detrás de las dunas, en la playa.

Y si no, en el bar del puerto... detrás de unas botellas de albariño casero.

Ahora, en verano, en esta ciudad crispada, cuando el camión de la basura se detiene a pocos pasos de su ventana, Chumpéter me dice que se asoma para ver si es ella la que le devuelve ese intento de forzar una cita.

Me quedo en silencio.
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(Pienso: A Chumpéter se le derrite la sesera)

Después, aprovechando que me mira -y consciente de que me está leyendo el pensamiento-, termino por negar con la cabeza.
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Esos ruidos con el motor del elevador son desquiciantes, le digo, Saleta no elegiría un símbolo tan espantoso.
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(Y puse una cara como si hubiese visto un crimen)
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Codorníu.
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22 comentarios:

mangeles dijo...

¡Que bonito¡...NO debeis olvidarla...solo debeis dejarla marchar...y quedaros con su esencia en el corazón.

Besitos...

Pd: Aunque me parece que Saleta no supo quereros tanto, como vosotros a ella...la vida es así...unos dan, más que otros...para que todo se equilibre (ella seguía pensando en los silencios, que a veces son terroríficos)

Anónimo dijo...

MANGELES:

Es cierto. Saleta jamás tuvo miedo al precio que le cobraba la vida por su libertad. Supo disfrutar del sol cuando había sol, y hacer frente al frío cuando tocaba frío. La soledad no logró acojonarla: de ahí el poder que siempre llevaba en la mirada.

Chumpéter, a pesar de ser un peso pesado, nunca pudo con ella. Se quejaba de que tenía un "feitizo" misterioso; como aquel tatuaje que decoraba la parte alta de su muslo entre la cadera y la ingle.

No sé porqué lo relaciono ahora con esto que hablamos; pero también a mí me dio qué pensar en su momento.
Yo, desde luego, como corcho que era en un arroyo de montaña, sólo vislumbré un equilibrio de fuerzas cuando los dos nos combinábamos con ella para formar aquella molécula de agua. Si no, de uno en uno, no teníamos nada que hacer.

Un beso.
Co-dor-niuu...

TORO SALVAJE dijo...

Saleta debía ser el pegamento que os unía.
Sin ella ya no es lo mismo.
Chumpéter es como un niño.

Saludos.

Patricia Angulo dijo...

Chumpéter y vos son uno solo, con Saleta son como miles.
Son como los bollitos de papel en los mostradores, que recobran sentido frente a una mirada.

Besos.

Anónimo dijo...

TORO:

Pobre Chumpéter. Es cierto que a veces me preocupa. Quedan ya pocos que fumen Celtas con filtro, que enciendan con un Flaminaire de los años sesenta o que aún tengan -por si acaso- caramelos de L'Ile de Ré para su chica.

Y aunque sin ella ya no es lo mismo entre nosotros, Chumpéter es un cromo de mi álbum que jamás me salió repetido por más sobres que abrí.

Un saludo.

Anónimo dijo...

PATO:

Algo es cierto: Saleta poseía la alquimia de convertirnos en uno para luego hacer miles de réplicas de ese todo gracias al reflejo simultáneo por los innumerables charcos y mares de su alma.

Con sólo mirarnos.

¿Intuición de mujer?

Un beso.

Isabel dijo...

Es humano que Chumpéter sueñe, y es bonito. Los sueños no hacen daño. Un beso amigo

Anónimo dijo...

ISABEL:

Siempre que no nos dé por confundir en exceso los sueños con la realidad, el hecho de embestir molinos o buscar las Ítacas nos da mucho más que el daño que nos hace.

Un beso, amiga.

FLACA dijo...

Constato con alegría de domingo que, al menos por hoy, hemos dejado el havana con hielo y hemos vuelto al viejo y querido albariño, que estoy segura debe ser igualito al vino blanco casero que hace mi tío Luis...Aunque ahora estoy aquí con un humeante y cargado café.

Esto de los encuentros librados al azar, pero buscados de alguna manera, mi hizo acordar a Cortázar, y también a un amigo muy querido que pretendió comenzar una relación al estilo de Cortázar, dándose pistas mutuamente con ella para encontrarse. La mayoría de las veces caminaban horas y horas sin que se produjera el choque. Todo terminó en la nada, aunque fue muy poético y romántico.Él siempre terminaba esas búsquedas expectante y desilusionado. A mí me daba la sensación de que ella jugaba con él como el gato con el ratón. Seguro, yo era amiga de él no de ella.

Pero leyendo esto,me dio satisfacción que Saleta no se apareciera al simple conjuro del ruido del camión de la basura.Eso hubiera roto con todo mi idealismo depositado en ella.(Ya sabés que me fascina ese halo misterioso de Saleta).

Te digo, Pepe, que hubiera sido mucho más simple y efectivo que Chumpéter llamara a la puerta de Saleta. Pero no,parece que ellos se combinaran para rehuir a toda felicidad; siempre andan poniendo barreras, siempre andan encapsulándose en la soledad. Hay un regodeo de los personajes en la imposibilidad , no del amor,sino de la concreción de ese sentimiento.
"Si no disfruto de amor lejano/de amor ninguno disfrutaré,/que cerca o lejos tan soberano/bien en ninguna parte se ve",(Jaufré Rudel,s. XII)

Pilar Álamo dijo...

Los sueños de Chumpéter son imprescindibles para resistir lo que pueda venir tras una despedida.
La felicidad hubiera sido palpable si no hubiera habido barreras,y sentimientos de culpa.
Ya estoy enganchada y me parece precioso el relato que haces de amor y dolor.
Un abrazo

Anónimo dijo...

FLACA:

En sus mejores años, en Porto do Anxo, concretaron un amor a su manera del que nunca pudieron participar los tres juntos, porque no iban de eso; pero que jamás ocultaron al otro.

Precisamente, ese más que difícil equilibrio precisó de la existencia de tiempos de soledad "por turnos", digamoslo así, que pueden inducir la sensación de imposibilidad que ves en sus vidas.

Hermosos versos con los que cierras tu comentario, dedicados a un amor lejano, una persona desconocida y distante. Amor a ciegas (sólo de oídas)del trovador Jaufré Rudel, caballero en la corte de Leonor de Aquitania, enamorado platónicamente de Melisenda, condesa de Trípoli.

Al menos, este hombre llega a Palestina medio muerto, y consigue verla.

Hermosa referencia.

Un beso, amiga.

Anónimo dijo...

MORISOT:

Pues sí, la verdad es que en la vida, como en el ajedrez, hay cuadros blancos y negros; o amor y dolor, en palabras tuyas.

La felicidad, si no fue palpable ni permanente en estos personajes(cosa que tampoco es posible en las vidas reales), al menos "guadianeó" de uno a otro por el envés del tapiz de su relación.

Una pena que el hombre que escribe con tinta verde no eleve a público esos periodos de dulzura que sin duda se adivinan entre visillos.

Un beso, Pilar.

Anónimo dijo...

Pepe ¿tú qué crees que hubiera pasado con vuestras vidas si Saleta no hubiera muerto? ¿crees que esa relación vuestra hubiera durado siempre?.
La foto como siempre es genial, la veo como un sombreo de copa, qué original.
Besos y buena semanita

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

... al leer la última palabra me deja tan desnuda y desprotegida... es el tipo de escritos que sin saberlos ellos(los esritos) te llenan de humanidad aunque reniegues de ella.
Me gusta la descripción que le haces a toro de chumpeter: un cromo que nunca te salió repetido.
¿Cafelito?

Pilar Álamo dijo...

¡qué palabras tan bonitas! Y la música...con decirte que trabajo con ella.
Es estupendo pasar por tu casa

Anónimo dijo...

CALMA:

No lo sé, amiga. Su vida, dado que huía de los típicos frigoríficos aceptados por esta sociedad, no podía durar mucho. No me imagino de otra manera el curso del relato.

Tampoco, por tanto, me imagino cómo serían nuestras vidas si Saleta estuviera con nosotros aún. Qué habríamos hecho, dónde...

Pero si me atrevo a afirmar que (de vivir ella) hubiésemos continuado juntos y paladeado más instantes de felicidad, porque Saleta tenía el poder de sacárnosla de dentro con un alfiler como a los bígaritos.

La foto es la portada de un disco. Fíjate qué memoria tengo que no recuerdo de quién.

Un beso, E.
(¿Va todo bien?)

Anónimo dijo...

Mª ANGELES C.

Me estoy limitando el café. A veces hay que dejar descansar los órganos vitales que también piden tener vacaciones.

Ten cuidado con el sol, date la vuelta, no te quedes dormida, que en la playa baja mucho la tensión y es muy fácil caer en una amnesia total.

Bromas a parte... lo de Chumpéter lo digo como lo siento. Iba camino de ser como ella; pero le perdió la suerte que tuvo con los gráficos chartistas y el salero con que se apoyaba en la barra "de medio lao".

Es cierto, no me volvió a salir en ningún sobre.

Un besín "marazul"

Anónimo dijo...

MORISOT:

Pues no te lo vas a creer; pero yo plancho con este fondo musical y cuando me quiero enterar ya he "terminao".

No sé si patentar sus efectos, jeje.

Otro beso.

Anónimo dijo...

No Pepe, iba todo bien hasta ayer que se noto otro bulto encima del que le han operado todavía no hace un mes, así que te puedes imaginar.
Pasado mañana tenemos hora para el resultado de las biopsias de los que le operaron y otra vez vuelta a lo mismo, no tengo ni idea en este momento, he pasado un día tan jodido que no soy capaz de pensar en nada, para qué...
Resistir, siempre tengo desde que me la dijiste esa palabra en mi mente.
Un beso querido amigo
E.

mangeles dijo...

Calma, calma...guapa...una operación produce cicatrices y bultos de piel, de carne arrejuntada, no sé como contarte...

Tranquilos...la cirujía es buena...solo que no es muy estética y deja bultos y carreteras de curvas y subidas y bajadas...

Animos....y besos

Anónimo dijo...

CALMA:

He leído lo que te dice Mangeles: lo comparto. Tengo (no en mí) esas experiencias. Bastantes, por cierto. Es verdad. No te precipites.

Tranqui, amiga.

Un abrazo muy fuerte.

(No lo olvides: estamos aquí, si nos necesitas)

Anónimo dijo...

MANGELES:

Pero que sabia que eres, so bruja.

Tienes el bálsamo siempre en la mesilla.

Un beso, que te lo ganas siempre a pulso.

Codorníu.