21 de abril de 2013


"Se incendió mi casa;
ahora nada me obstruye
la visión de la luna”
   (Masahide, l657-l723)



El hayku lo dice todo. Sin embargo, aún no conozco ningún ser humano que vaya voluntariamente hacia los reveses con que te obsequia la vida. Uno va buscando la cara de la moneda, no lo contrario, desde que se levanta -y pone un pie en el suelo- hasta que se acuesta. Lo "otro" suele llegar por sorpresa; raro es que se cuente con ello ni siguiendo la teoría del Caos, que diría Mauldin.

Hoy me pasé por la compañía de seguros para recoger el cheque con la indemnización -ridícula, por cierto- que nos dieron por el robo del coche. Todavía no han pasado dos meses de aquel día; pero ya puedo decir que estoy contento: he recibido más (y no hablo de dinero) de lo que he perdido...  

Sería un error explayarme. Hace falta un solo grano de arena adicional para que se derrumbe la montaña que hicimos en la playa de pequeños. 

En palabras de Paul Valery: La mer, la mer, toujours recommencée! 

Codorníu.

7 de abril de 2013

Son ellos, no nosotros...




Esta foto me atrae, la subí hace tiempo. Algunos seres corrientes nos preguntamos en nombre de qué ha sido destruido nuestro sentido común. Repito: el nuestro. Con la vista clavada en el absurdo, como en un laberinto cretense (ya veis que todo está escrito e inventado), intentamos descifrar la razón o razones de este infierno que va en contra de la evolución...

En el charco de tinta que deja el llanto de esta noche mediterránea, griega y minoica, ellos (los mercados) mojan la pluma para escribir la historia; y sobre ella destilan las últimas gotas del origen de la tragedia.

La literatura de este periodo debería descomponer la realidad en elementos, construir a partir de ellos (como ladrillos), nuevos mundos esperanzados donde nos aguarde la luz que nos ha de introducir en un enfoque más libre heredado de los setenta.

Sí, la literatura de los blogs debería ser lumínica… y tarde o temprano lo será -contra el oráculo de la Sibila-por más que se esfuerce tal predestinación en propiciar el sentido final según sus intereses. Aunque no nos quede tiempo para verlo, es imprescindible que propaguemos la claridad de los griegos. Esa que volverá a iluminar el mundo... Y si no, observad la más vulgar de sus obras y veréis la más inequívoca de las vitalidades. De ahí saldrá la luz.

Codorníu.