26 de abril de 2012

Piénsatelo un instante...




Cuando leas o escuches algo despectivo acerca de los temas políticos y la Política recuerda esto:
La etimología de la palabra "Político" es de lo más curioso y, al tiempo, de lo más importante a reflexionar:
 "Polítikós", para los griegos, significaba todo aquello que concernía a la "polis", al estado, a los ciudadanos como colectivo. Un asunto "político" era todo aquello que tenía que ver con la ciudadanía, con el bien público.
Para diferenciar los asuntos de todos ("polítikós"), de los que no lo eran, utilizaban la palabra "idiotikós", que significó en un primer momento algo así como "personal o privado".
Con el tiempo, a todos aquellos ciudadanos que no querían saber nada del estado o del bien público y común (o sea, de la "polis"), se les acabó llamando "idiotes"; y esta palabra terminó por ser lo que nosotros entendemos por "idiota": tonto de baba, leño; persona “sin luces”; alguien que no ve más allá de sus narices...
En resumen, que para aquellos griegos de la Antigüedad -donde nació la Cultura con mayúsculas- todos aquellos ciudadanos que despreciaban o no se esforzaban por el bien público, eran unos i-dio-tas. Sí: no te asombres, has leído bien: ¡¡Unos auténticos idiotas!!
Y ahora, dime: Si Platón y Aristóteles –nuestros admirados padres de la Civilización Occidental- levantasen la cabeza y se empadronaran en Getafe o en Moratalaz... 


¿Qué dirían al ver esta sociedad idiotizada?


Codorníu.

19 de abril de 2012

Depende de los momentos, no soporto la vida que me ha tocado. Supongo que os ha pasado en alguna ocasión sin fecha. Miradme a los ojos; al final he llegado a algo claro: es difícil enfocar el mundo con objetividad. Si miro por la izquierda, no veo el Sol, ese corazón tan importante. Por el Norte, la brújula ha perdido el imán desde hace tiempo; son los pollos sin cabeza, que corren y corren sin saber a dónde. Por el Sur, solo veo decepción, desánimo, apatía… Lejos quedan los jornaleros andaluces. Por la derecha, ya no miro; la conozco de sobra (no perdamos el tiempo). El Este me desconcierta sobremanera, lo reconozco; los chinos son algo impredecible: ¿Dónde están los principios?

Pero, sobre todo, lo que más me hunde, lo que me duele "de adentro" son los amigos; porque nunca supuse que estaban en los puntos cardinales, sino más profundo.

Vuelvan, regresen...  Miren la foto...
Es tal cual.


Codorníu.



2 de abril de 2012

"Los viejos sueños,
eran buenos sueños.
No se realizaron;
pero me alegro
de haberlos tenido".

(Clint Eastwood,  Los puentes de Madison)

Lo que soñé que haría y lo que hice en realidad son dos calcetines impares colgados, esperando que unas manos vengan un día a recogerlos y quitar las pinzas ennegrecidas que los sujetan a la misma cuerda

Ni el viento los junta. ¿Para qué, si todo lo que tenía que pasar ya ha pasado? Tan sólo cantan, desafinando en falsete, cuando empiezan por el patio las riñas de otros y no quieren oír ni de lejos algo que les recuerde sus viejas heridas… 

Prefieren esnifar el olor de alguna comida que les gusta… humm… O escuchar el batir de los huevos en los platos a la hora de la cena, o el chirriar nocturno de las garruchas al tender, o algún miau en celo que araña la noche haciendo rappel por las bajadas de zinc...  Lo que sea; pero algo que les acune hasta que se oigan de nuevo los saltitos de los gorriones taconeando por los canalones cuando ya se aproxima el alba.

Codorníu.