"Estoy aquí, la brisa acaricia mis cabellos, y yo voy a tientas en la noche porque he perdido mi hilo, ese que te di a ti, Teseo"
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Antonio Tabucchi, Se está haciendo cada vez más tarde.
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Al finalizar el año, deberíamos hacernos cada uno su calendario real “a posteriori”, con las fiestas, los reveses, los eventos acaecidos, etc.
Yo nunca creí en las rayas, tanto si eran paralelos y meridianos, como si eran fronteras, cumpleaños o fechas como éstas, por ejemplo, que separan un año del siguiente.
Me parece que un día es igual a otro, y si es distinto es por algo de lo que NO avisaban precisamente en el calendario.
Sin ir más lejos, tal día como hoy murió mi madre hace seis años, de improviso. Imaginaos el tanatorio.
Bueno, pues ese día fue diferente para mí. Y no, porque fuese Nochevieja.
Pues, eso. Que lo esencial no viene en los almanaques. Y que sea el día del mes que sea, se llena de lágrimas o de pétalos olorosos sin el permiso de lo convencional.
Esos, los días-sorpresa (para bien o para sufrir) son -de todo el año- los que al final tendrán personalidad propia.
Estos otros, pretenden ser lo que no son. Tener una importancia que les dan los mercados (cada vez, más invasivos), ajena a la vida de cada uno particularmente.
Una vez aclarado que -para mí- los días importantes son otros, yo os deseo que de éstos últimos (de los reales) podáis hacer un hermoso ramo para el año que viene. Y a poder ser, con poquitas espinas.
Yo nunca creí en las rayas, tanto si eran paralelos y meridianos, como si eran fronteras, cumpleaños o fechas como éstas, por ejemplo, que separan un año del siguiente.
Me parece que un día es igual a otro, y si es distinto es por algo de lo que NO avisaban precisamente en el calendario.
Sin ir más lejos, tal día como hoy murió mi madre hace seis años, de improviso. Imaginaos el tanatorio.
Bueno, pues ese día fue diferente para mí. Y no, porque fuese Nochevieja.
Pues, eso. Que lo esencial no viene en los almanaques. Y que sea el día del mes que sea, se llena de lágrimas o de pétalos olorosos sin el permiso de lo convencional.
Esos, los días-sorpresa (para bien o para sufrir) son -de todo el año- los que al final tendrán personalidad propia.
Estos otros, pretenden ser lo que no son. Tener una importancia que les dan los mercados (cada vez, más invasivos), ajena a la vida de cada uno particularmente.
Una vez aclarado que -para mí- los días importantes son otros, yo os deseo que de éstos últimos (de los reales) podáis hacer un hermoso ramo para el año que viene. Y a poder ser, con poquitas espinas.
La canción de Sisa, a mi entender, viene a decir lo mismo. Por cierto, la voy a dejar un tiempito. Se trata de un icono tan importante...
Codorníu.
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