10 de febrero de 2014


Al fin llegó el día. Temo quedarme sin palabras, porque apenas encuentro algo que no le haya dicho. Me pasa como cuando estás ante un espectáculo de la naturaleza, y tan solo aciertas a quedarte boquiabierto ante sus 103 años y su buena salud. 

Mi padre encarna la prueba de que lo difícil no siempre es imposible. 

Como él dice: La clave es resistir, esa es la actitud.

Estuvimos comiendo en un restaurante gallego. Él, encantado... como se puede ver en la foto. No es todo lo buena que me hubiera gustado; pero de todas las que hicimos he escogido esta, porque parece invitar claramente a una tacita de queimada a cuantos amigos y amigas entren en esta página.


Codorníu.