4 de marzo de 2008

Y me haré ave si tú eres el viento,
o seré proa de barco
si tú eres la danza de las olas.
...................................... (Lluís Llach)
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No sé si navegamos en círculos a lo largo del tiempo. Pero sé que los meses pasan, y que alguien (o nadie) los moldea desde tahonas inaccesibles y esquivas.
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Apenas podemos seguir al remero ni su rítmico golpeo cotidiano. Tan sólo unos minutos –éstos– surgen en medio de la locura espumosa de Caribdis cuando nos topamos con otros -tal vez nosotros mismos- que van pasando por el otro lado del cristal... única razón por la que nunca podamos acercarnos.
..
Nuestras miradas, todo lo más, se cruzan: dulce laberinto de existencia, conciencia y corazón.

13 comentarios:

Mª Jesús Lamora dijo...

Hay algo en tus escritos que encandila.
Es el texto, corto; es la imagen, es el conjunto.
Lo pienso sinceramente.
Por eso vuelvo.

FLACA dijo...

La verdad, no sé qué decir: entrar aquí es recibir un cúmulo de sensaciones que emocionan y envuelven. Uno empieza a mirar las imágenes y comienza a llegar la música y uno se sumerge así en el texto. ¡Maravilloso lo tuyo!...Me agrada que se crucen nuestras miradas en este dulce laberinto.

Anónimo dijo...

A mi me gusta saber que navego en aguas similares a las tuyas, o así lo siento. Vengo mucho, y cada vez que vengo me quedo, y me gusta tanto lo que veo que vuelvo y sigo mirando, y así poco a poco, me conozco tu blog casi de memoria, porque me resulta muy fácil
asimilar belleza y sensibilidad, y alma, y piel...
Buenas noches desde el Paraiso.
Beso

Lena yau dijo...

Un relámpago interior acompaña ese cruce de miradas.

Preguntas, dudas, segundos.

Luego, como dices, la nada otra vez.

besos, Pepe

ana dijo...

Pepe:
Mmmm, el remero este llega cuando tiene que llegar, el tic-tac del reloj que se para cuando tiene que pararse.
La nereida Tetis te acompaña en la travesía cristalina, cuando te cruces con el "otro" y le guiñes el ojo, cómplice y pícaro, con la picardía de quien sabe que os encntraréis y tomaréis un trago de agua de mar como última copa de la noche.
Entretando, mantén limpio el cristal, quizás alguna mirada te reclame .
La mía desde luego, a través del cristal líquido de mi pantalla, se cruza con la tuya, en el círculo vicioso total de tu lectura y sigue esperando que este laberinto de letras nos acerque un poquito.
Te mando un beso grande.
ana.

Fernanda Irene dijo...

Pues es extraordinario cruzar la mirada contigo en este breve marasmo de espuma, aunque solo sea por unos minutos, en los que también pongo la conciencia y mucho corazón.
Hay días que consiguen salvarse solo por una mirada.

Buenos días, Pepe Codorniú

Irene

Maria Coca dijo...

Hermosa reflexión, como el aleteo de una mariposa.

Besosss

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

Qué dificil es transmitir, conectar... y tú lo logras.

Mª Jesús Lamora dijo...

¿Ves?, de vuelta.
Continúo leyéndote.

Patricia Angulo dijo...

Son cinco minutos, mirando por la ventana que da a la calle, mientras llega mi café y de todas esas miradas perdidas me encuentro con una.

En esos cinco minutos, me crucé con alguien, con la mirada de alguien, estuve viva.

Es bueno cruzarse con vos Pepe, aunque sean sólo cinco minutos.

Besos

libertad dijo...

"Dulce laberinto de existencia, conciencia y corazón"...Sí, esa misma sensación tengo yo muchas veces,muchas.Que a lo mejor es que los seres humanos, cuando miramos, cuando existimos con conciencia, y sentimos con el corazón, no somos tan distintos.
Precioso.
Un beso

Sibyla dijo...

Hola Pepe!
Entro por vez primera en tu espacio, siguiendo la huella que dejaste en casa de mi amiga Fermina Daza, y me topo de lleno con la canción de mi vida, Victor Jara cantando:
"Te recuerdo Amanda"...
Para mí no hay canción de amor más hermosa, "la vida puede ser eterna en cinco minutos".
Ha sido mi regalo del día, eso y leerte.
Volveré!
Saludos:)

Mª Jesús Lamora dijo...

Por cierto, Codorníu tendría que llevar la tilde en la í, no en la u, no?
Besicos.