que mis cabellos han encanecido. La luna
los hará rubios de nuevo. No notarás nada
Déjame ir contigo"
...........(Yannis Ritsos, Claro de luna)
Hoy he improvisado a medias. Esta noche era tan parecida a aquella otra, que no he tenido que pensar dos veces. Cierro los ojos; me encuentro en un andén, hace ya muchos años. Es como una canción que no necesito recordar. Que se asoma a los labios y la siento. Tiene que ser así, de golpe; como dice Bob Dylan: “Dont Think Twice It's All Right”.
Los lunes de semana santa atruenan mis silencios de jadeos de estación. Sé que no hay puentes que me devuelvan al que era. Como cuerdas al aire, siguen sonando sobre traviesa y traviesa los poemas de Ritsos. Mi corazón no puede retener más. Tampoco me atrevo. Tocar los libros de entonces para refrescar mi memoria, me cuesta y me emociona. Mucho menos coger un papel y escribir que alguien me debe un beso que se quedó en el vagón, entre las patas de los asientos de madera. Una vez lo intenté; pero el recuerdo me trajo demasiados en una sola noche, y no pude con ellos.
Qué ironía: hoy deseaba que “quien fuera que fueses” me volvieras a hacer preguntas, cuando no tengo voz para responderte. Un deseo absurdo, impotente, yermo. Nos hemos mirado con las manos en los bolsillos, como si tuviéramos que guardar algo. Y luego me he bajado en una estación que no era la mía. Sólo recuerdo eso. Es muy poco, lo sé, para que podamos reconocernos.
Hoy he improvisado a medias. Esta noche era tan parecida a aquella otra, que no he tenido que pensar dos veces. Cierro los ojos; me encuentro en un andén, hace ya muchos años. Es como una canción que no necesito recordar. Que se asoma a los labios y la siento. Tiene que ser así, de golpe; como dice Bob Dylan: “Dont Think Twice It's All Right”.
Los lunes de semana santa atruenan mis silencios de jadeos de estación. Sé que no hay puentes que me devuelvan al que era. Como cuerdas al aire, siguen sonando sobre traviesa y traviesa los poemas de Ritsos. Mi corazón no puede retener más. Tampoco me atrevo. Tocar los libros de entonces para refrescar mi memoria, me cuesta y me emociona. Mucho menos coger un papel y escribir que alguien me debe un beso que se quedó en el vagón, entre las patas de los asientos de madera. Una vez lo intenté; pero el recuerdo me trajo demasiados en una sola noche, y no pude con ellos.
Qué ironía: hoy deseaba que “quien fuera que fueses” me volvieras a hacer preguntas, cuando no tengo voz para responderte. Un deseo absurdo, impotente, yermo. Nos hemos mirado con las manos en los bolsillos, como si tuviéramos que guardar algo. Y luego me he bajado en una estación que no era la mía. Sólo recuerdo eso. Es muy poco, lo sé, para que podamos reconocernos.
8 comentarios:
Gracias por traernos a Ritsos
"En otro tiempo hacíamos nuestras tareas
rezábamos nuestras plegarias
y repetíamos que dos más dos son cuatro.
Ahora dos flores más dos rayos de luz
no son cuatro
-Son nuestra alma
Lo leímos hoy en el libro abierto del sol
hoy, que olvidamos los demás libros"
Yannis Ritsos
Un abrazo:)
Para que podamos reconocernos no hace falta ni eso, ni una mano en el bolsillo.
Un abrazo.
Nos reconocemos por la luna, por Dylan, por los poetas que nos reúnen, por las emociones entrecortadas que nos dejan los recuerdos apenas se dejan ver.
Tambien por las estaciones equivocadas o no, tambien por eso nos reconocemos porque miramos para el mismo lugar.
Hermoso encontrarme cantando a Bob Dylan.
Besos
Vuelven las estaciones, vuelve el tren, sus traviesas con sus travesuras de hacer sonar poemas y transportarnos, no por sus vías si no en el tiempo. Nos llevan casi siempre muy atrás, cuando nos atrevíamos con casi todo, cuando la reveldía y la inconsciencia se nos adelantaban.
Alguien te debe un beso, y su solo recuerdo te sobrepasa, mientras tú, te quedas en el asiento de madera esperando el beso perdido y esperando que alguien pague su deuda.
La voz te falta, el cabello blanco; los miedos y los recuerdos de compañeros de viaje.
No temas, no se notará lo de la voz, el rugir del tren tapará las voces, solo las manos hablarán. Decididas saldrán de los bolsillos que las esconden para encontrarse bajo el humo y los silvidos del tren que se va de la estación adecuada.
Qué tostones te meto en los comentarios, perdona mi vicio, me enrollo y no paro.
Un beso con burbujas de las que sabes.
ana.
...La voz de Dylanme ha trasladado a tu letra dejándome en ella un buen rato; un adelicia, pepe
A veces sólo un gesto basta para reconocerse en el otro. Un instante que se balancea sobre el tiempo y hasta los suspiros se detienen.
Me encantó mirar a través de tus palabras para encontrarme contigo.
Besos desde mi orilla.
Pienso tanto y recuerdo tanto y revivo tanto cada vez que te leo, que al terminar de hacerlo, soy incapaz muchas veces de decir nada.
Hoy ha sido una de esas veces.
UN BESO
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