AGUAS ABAJO

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Querida Saleta:

¡Quién nos lo iba a decir! Ni el más sagaz y astuto de los ciudadanos supo intuir el verdadero sentido del grito ése de "A por ellos, ¡oé!", que habríamos de oír -hasta el hartazgo- en los primeros compases de los Mundiales de Sudáfrica.

Nadie vio venir que nos iban a dejar en el paro a cuatro millones, que a los demás nos iban a recortar el salario, que nuestras jubilaciones no sólo se alargarían sino que cobraríamos menos, que el despido a la carta ya sería más fácil que apretar pasta de dientes, que terminaríamos pagando por ir al médico y ser recetados, que nos iban a subir el IVA y la luz, que nos empobrecerían a marchas forzadas, que ya no habría dinero para desempleos ni otras gaitas, que nos congelarían las pensiones...

¡Nunca imaginamos que ese grito se refería a nosotros!

Codorníu.

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