13 de julio de 2009

El teléfono... disculpen. La silla es del año pasado: también, disculpen. Ya tenemos día y hora para el quirófano, me lo acaban de decir. No quiero pensar en eso. Para cosas de salud, no suelo ponerme en lo peor. Aunque tal vez sea el calor que nos estamos chupando aquí, en esta áspera Meseta que tanto cantó Elisa Serna sin que nadie la recuerde.
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El mar. Alberti decía: la mar. La veo a todas horas como espejismo. En femenino. Como debemos mirar los hombres. Con una minifalda de cuero negro. ¡Cuánto la echo de menos, no saben! Hace mucho que no sonaba la tablilla del parquet, ¿recuerdan? Hoy ha vuelto a hacer “clinc”, cuando pasaba camino del único lugar donde todavía se divisa la lucha de clases en esta vieja Europa: la tienda de los chinos al final de la calle. En los días claros, allí me junto con ciudadanos del Este (así se dice) y de abajo, allén del Estrecho. También se dice así. No les entiendo casi nada a ninguno; no importa. Compartimos unas latas de cerveza y echamos unas risas. Sus camisetas con una estrella roja en el pecho acaban conmigo.
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A la vuelta, al arrancar para entrar en el mundo, se me ha jodido el “ordenata” (Lavapiés dixit). Una estrategia de esos seres diminutos de platino iridiado para boicotearme. Saben que no me apaño desde este eufemismo caledidoscópico llamado portátil que nadie lleva encima. Bajo un sudor infernal he desmontado el carrito de la compra para llevar el otro, el mío, a un sitio de ésos que te cobran un pastón por resucitarlo. Sobre todo a los "no creyentes": parece que nos huelen. El muy traidor no se lo merece por ateo; en La Habana de Hemingway lo hubieran destripado para ver los rein0s de Gulliver. Pero decidió morir en Europa: no ganaba para cubitos de hielo el muy canalla.
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Al final, tengo que poner el aire por su culpa. Me da faringitis, me he resistido, lucho contra todos en esta casa. Pero siempre pierdo. La piscina está llena de risas inconscientes. Cierro la ventana. No hay un sólo día en todo el verano que baje a esas aguas azules llenas de pises. Ya no se oyen a esas horas las voces del socorrista argentino llamando a los críos al orden. Me acuerdo de la gota de Pato. Ah, si aquí se revolcase una tormenta. Añoro las gotas del hemisferio sur, yo que me siento... como me levanto.
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Tanto planchar... Mangeles. Esta mañana, la tabla me ha dejado con la espalda en las últimas. Sin gota de grasa. Tengo que proclamarlo a los cuatro vientos con orgullo de náufrado arrastrado a la arena. Estas sábanas -con sus cuatro puntos ajustables- son un auténtico misterio del doblaje. Eso es cine de autor. Y otro, mi padre con sus largas marchas todavía. Noventa y ocho años y medio en sus espaldas. Otro sentido de la palabra espaldas. Se acaba, dice ¿Lo sabe?, pienso. No sé si es lo peor o lo mejor, me refiero a saberlo o a pensarlo. Por desgracia, ya no habrá experto informático que lo formatee. No se lo comento cada día, pero la médica me dice muy bajito: "Mañana igual ya no se te despierta". Al menos, confío que la vida nos dé algo de margen... no sé lo que daría por ello. Seguro que algo se me queda sin hablarle... Tantas veces le sorprendo empinándose –en su habitación– para darle un beso a mi madre a través del cristal...
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Están los dos muy guapos y muy jóvenes: era el día de su boda. Qué deprisa pasa todo... Me cuesta mucho ver eso sin llorar; es un acto que repite las mañanas, las tardes y las noches: tres veces. Le observo por una rendija de la puerta entreabierta. Tenía que decírselo a ustedes... Disculpen -los de aquí- el plural de mi América: las vacaciones son tan largas y el dolor es tan próximo...
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Pepe.

13 comentarios:

Lena yau dijo...

A mí me ha costado no llorar, Pepe.

Perdí.

Perdí.

Me rindo.

Te acompaño.

Y te abrazo mucho.

Trago duro, grueso.

Sé tu sonrisa.

Me duele saberte/sentirte/dibujarte así.

Te vuelvo a abrazar.

karina Androvich dijo...

Que silla tan llena me haces ver en la foto! también tengo hoy fecha y hora para mi quirófano, también beso el cristal de una foto siempre que puedo y escucho rechinar maderitas, ahora cómo me gustaría tener esa rutina de irme a beber cervezas con gente de la clase de estrellas rojas en la remera! Pepe, eres un grande.

mjromero dijo...

qué van a ser largas las vacaciones, son siempre cortas, no te pongas en lo peor, mejor no pienses en nada, piensa en dadá, en dada color, si te gustase pintar... el tiempo vuela, hace tanto que no lo hago... por falta de tiempo, podría pasarme horas y horas entre los colores,
Sabes? los colores tienen mucha más magia que las palabras...
Besos.

FLACA dijo...

Había escrito un largo comentario a tus parrafos uno a uno, punto por punto. Pero lo borré.
Sólo voy a decir dos palabras:

¡¡¡AGUANTE, PEPE!!!

Esa frase casi interjección aquí en Uruguay, no significa que tengas que soportar estoicamente todos los males sin decir ni mu, sino que tiene el mismo significado de "¡Vamo'arriba, Pepe!". Es decir, pretende darte ánimos para resistir.
¡¡¡Fuerza!!!...Verás que todo saldrá bien y que después de ese día a esa hora comenzará a soplar un brisita fresca.
Un abrazo, amigo.

mangeles dijo...

Me encanta cuando te cuentas a tí mismo. Bellísimo post.

Por cierto, Pepe, yo soy la peor "ama de casa del mundo", pero te digo como una "manta" dobla esas malditas ajustadas:

a------b

c------d

lo de arriba es la sábana...yo como soy pequeña y no me apetece currar mucho...meto el "burruño" es decir la zona esa asquerosa que ajusta: a dentro de c/ y b dentro de d...

luego hago el doblez que ellas mismas generan...y ya las doblo cuadraditas...y ya está.

Mira mejor te pongo un video de cámara de fotos un día de estos.


Pero vamos que no intentes doblegar las 4 esquinas o "burruño"...y no intentes doblarlas como sábanas de las otras...

a en c / b en d

doblez de burruños...y luego ya ...doblar...

Juer ...cada día me explico mejor

Besos...

Lena yau dijo...

Qué tal hoy, sombrerero?

mejor?

Una piñata de colorines te voy a hacer!

TORO SALVAJE dijo...

Imagino a tu padre besando esa foto y ya no tiene sentido que escriba nada más.
Después de eso lo demás carece de importancia.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Pepe... qué estoy muy blandita, me has puesto un nudo en la garganta, y como muy bien comentan por ahí arriba, no hay nada mejor que cuando te cuentas a ti mismo, magia haces con tu vida a la hora de contárnosla, no dejes nunca de hacerlo, es lo que me encandilo de ti desde el primer día.
Tu padre...un amor, como su hijo.
Besos Pepe, ya sabes, en el barco de las operaciones y hospitales, juntos también, que el horizonte nos sea favorable porque entonces será que les es favorable a ellos.

gaia56 dijo...

Deliciosa entrada.
La verdad es que la silla al lado del mar me llevó a una escena de hace unos años en la Playa de Aguilar, en Asturias, que suelo pasear má bien en invierno. La escena era una sesión de fotografías que hacían a un "personaje" que yo no conocía, sentado en una silla parecida a la de tu foto pero esta persona tenía los pies metidos en un cubo de plástico y yo pensaba ¡qué tristeza, con lo estupendo que resulta el contacto con la arena y el agua de mar!
Perdona el recuerdo, lo dicho estas entradas intimistas me gustan mucho.
Oye y ¿cómo fue lo de presentarte a la Semana negra? ¿Has venido algún año por aquí?
Un beso.

lys dijo...

Eres muy gráfico, describes como pocos. Me has echo ver un tiempo y espacio que estoy segura para mí no llegará jamás, o sí?.

Un abrazo, amigo, es todo lo que puedo decir, ante tanta pena toda palabra es vana.

Pilar Álamo dijo...

Reflexionas y nos haces reflexionar... y también contarnos a nosotros mismos... y, hay un montón de casualidades y coincidencias.
¡qué alivio! yo también me las veo y deseo para doblar esas malditas sábanas.

Gregorio Omar Vainberg dijo...

Pepe, nos pones una silla para que nos sentemos a leerte, y nos sentamos, pasamos horas conversando contigo, escuchandote, y no deja de ser un placer hacerlo, a pesar de esa melancolia que se desliza por debajo de tus palabras, o quizá sea por eso, que estamos aqui.
Vamos Pepe, que la vida no es nada más que el hecho de poder doblar esas sábanas, es solo poner esa curva que se genera en las cuatro esquinas, una dentro de la otra, y ahi doblarla, (seguramente en you tube debe haber un video sobre eso) el problema es saber como preguntar. Es solo doblar pepe, y de doblar, uno sabe algo,

Un abrazo desde este invierno de 29° donde llueve un poco más de la cuenta.

PIZARR dijo...

Me repito Pepe, respecto a anteriores comentarios. Lo mejor cuando nos cuentas sobre tus cosas y sobre tu vida. Es leerte y vivirlo en paralelo a tus letras.

Se que a estas alturas ya pasó lo de tu hijo y como te dije me alegro infinito.

Lo demás... aprovechar el tiempo... no puedes hacer más.

Un fuerte abrazo amigo


Por cierto: ¿tendré que daros un cursillo sobre las dichosas sabanas ajustables?... jajaja...