Enero tiene una luna triangular que nos cornea incompleta. Nuestro corazón: intenso, tierno, grande, que debería estar lleno de paz y quietud, se columpia de ella compungido. En su edad plateada, se resiste al olvido: sólo es eso, y ya es mucho. Se abraza inmensamente por doquier, quiere vivir, goza, recuerda. Deambula pensativo por calles mal adoquinadas y no bien iluminadas con un caminar difícil, que tropieza con baldosas levantadas y nota como el viento helado seca sus ojos, mientras lágrimas de recuerdos caen lentamente -como copos- revoloteando hacia atrás por las patillas blancas. Hay que meterse en casa sin demora, ¿o tal vez más adentro?
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No soy muy optimista, lo sé. Y menos por la acera solitaria cargado con la bolsa de basura cada noche. De una estación que usa lentes de vieja y siempre tiene frío no espero nada bueno. Como Machado, amo la primavera. Este corazón lleno de costurones colecciona minutos, subraya instantes sin desperdicio y aprovecha para no derrochar los sustantivos que le quedan sin olvidar aún: lluvia, neblina, humedad. El calor tan humano que subyace en sus yemas se pega a sillas, mesas y paredes, y usa guantes de látex porque sabe que no hay que dejar pistas para no ser alcanzado por el olvido. Enero se encoge, y nos encoge. Empaña espejos de tanto condensarse ante ellos, y repasa las geometrías de los hules cenando entre migas de pan tiradas a los dados.
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Mientras el invierno duerme soñando o duerme despierto en el hemisferio norte, las ilusiones de los que resistimos -fuera del alcance de los mercados- deambulan por las calles vacías, usando gabardinas y paraguas confiscados a Bogart. Las noches, llenas de coches aparcados, aunque llenas aún más de sentimientos, terminan en esquinas donde hay tertulias de bolsas de basura abandonadas.
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Yo he salido a tirar la mía. Con un par.
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Yo he salido a tirar la mía. Con un par.
8 comentarios:
¿Seré simple? A mí me reconforta el simple comprobar que cada día es –ahí, luchando contra nubarrones y otras neblinas– un poco más largo. Y no sé si quedan cigüeñas que anuncien algo (me temo que se volvieron carroñeras de basura, cual palomas ciudadanas y ya ni migran ni vuelan), pero sí noto que cada minuto de luz es uno más de calor. Y de optimismo: ¡¡¡que ya está aquí la primaVera!!!
El corazón, es un viejo jugador compulsivo, no se resigna a nada y creo que ahí está el valor de su fuerza, seguir, siempre seguir.
Aún con los costurones sigue y late y empuja y camina por aceras imposibles y te lleva a tirar basura, tambien a mirar la luna y a añorar la primavera.
Dale alegría a tu corazón, como dice una viaje canción de Fito (Paez)
"Y ya verás como se transforma el aire del lugar"
Un lujo de texto, vos tampoco dejes de escribir :)
Besos
Hola, Pepe Codorniú. Y digo yo una cosa ¿Como se puede escribir algo tan bonito de un acto tan prosaico como el de sacar la basura? No sé como es tu vida real (bueno, sé un poco, "conozco" a tu padre, a una hija y a tu secadora), pero tu otra vida, la del alma, es extraordinaria.
Irene
Gracias. Me han encantado tus palabras.
Un beso
Me ha gustado muchísimo todo lo que aquí he visto y he leído, quería que lo supieras.
Saludos
Qué hermoso encadenas palabras, Pepe. He releído varias veces esa bolsa de basura que va y viene entre hules de mesa camilla. Y regreso por si se me da un instante más privado sin niños que repitan por vigésimo novena vez "mamá" en tres minutos sucesivos. Y este momento es bonito pero infantil a más no poder también. Sin embargo, aquí me dejo este puñado de palabras mal hilvanadas que te hagan llegar mi más sincera admiración por tus letras.
El invierno envuelve, aprieta, casi asfixia si nos dejamos. En nada aquí el aire se llenará de pólvora y luces nocturnas y gente. Y la primavera llegará. Dulce e intensa. Y renovada, espero.
Beso para ti.
-> Espero que hayas mejorado totalmente de esos virus que te andaban rondando.
¿Como es posible que hasta esta noche en que has dejado un comentario en mi blog, yo no supiese de tu existencia?
¿Como se puede hablar de la luna, de Machado y de bolsas de basura al mismo tiempo y salir airoso de ello?
Me ha encantado, tendré que seguir leyendo.
UN SALUDO DESDE BILBO
Me detengo aquí (irremediablemente)para alegrarme que esta mañana me encontraras. Llevo ya un rato (desde que tu padre olvidó su idoma) pasando por el constante sonido de la secadora, el 68, la Bonet, Sodade...
Pues a mí también me gusta tu blog ...joo, y ahora escucho "le petir cheval" y me ha dado un vuelco de tierna nostalgia.
Sigo palante hasta el mes de abril...
Saludos, ahhh y una interesante selección musical.
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