4 de mayo de 2008

Al atardecer, las mujeres reparan redes a pocos metros. A su lado, la brisa peina y despeina las gaviotas según orientan la mirada con ellas. Tampoco las mujeres de los pescadores pueden evitar echarme una foto de reojo: saben que ando enfrascado en la reparación de algo que se resiste y observan. Sin embargo, les cuesta saltar el abismo cultural que las atenaza, y no saben bien cuánto se lo agradezco. A veces, alguna se atreve y –cuando pasa por delante– me pregunta que si no me siento muy solo. Entonces, los dibujos serpenteantes que hace la espuma a pocos metros de la mesa donde escribo, se detienen a escuchar por si hay respuesta.

Afortunadamente, la voz del mar -mecida por los años-, ha vuelto más suaves los sonidos que me rodean. Por eso callo. Porque no estoy seguro que se oiga bien lo que yo hubiera querido contestar. Puede que sea algo demasiado impreciso, ya sé. Sin embargo, no encuentro nada que mejore el silencio.

Al fondo, las barcas amarradas asoman su balanceo por detrás de un búcaro muy especial para mí: una botella de albariño casero sin etiqueta alguna. Me gustaría decirle a la mujer que me pregunta: «El encuadre es perfecto» ¿Qué más puedo expresar...? Ni siquiera consigo alejarme, hacer un óleo así sin que el pincel deje los pelos en el lienzo...
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«Codorníu admira la simpleza de ese paisaje y de esa gente, pero él no es simple», comenta La Flaca. «Igual le ocurría al joven Werther cuando fue a lo mismo a Wahlheim»
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Entre tanto, la espuma se deshace y se forma de nuevo. Tal vez con eso baste para explicarlo todo.

19 comentarios:

FLACA dijo...

Qué buena esta marina. Casi puedo sentir el olor del mar sentada aquí frente a mi mesa contemplando. Qué bueno un lugar así,simple y hermoso, para andar solo, buscarse a uno mismo, y lograr encontrarse.Si es con ese albariño casero, mejor.
Sin embargo, entre la naturaleza reparadora y Codorníu se anda interponiendo siempre el ojo del artista:está allí contemplando ese paisaje pero escribe, observa a su alrededor como si fuera a pintarlo-"el encuadre es perfecto"-,no se integra, se ve así mismo como una fotografía que observan los demás.Está allí para repararse, pero se resiste, no se entrega, se encierra.Codorniú admira la simpleza de ese paisaje y de esa gente, pero él no es simple.Por eso se resiste.
Igual le ocurría al joven Werther cuando fue a lo mismo a Wahlheim.
Hoy me ha encantado madrugar y empezar mi mate mañanero en tu sitio. Me voy con esa dulce melancolía que me queda siempre después de leerte y con esa sensación de admiración emocionada e indescriptible que uno tiene cuando ve un cuadro hermoso como éste.¡Aplausos!

PIZARR dijo...

Que manera tan bella de describir ese entorno que te rodea por fuera y por dentro.

Que belleza de soledad buscada... deseada... necesitada diría yo.

A menudo me ocurre a mi también eso de no encontrar mejor sonido que me acompañe que el silencio.

Un cuadro perfecto el que has pintado Pepe

Un beso

FLACA dijo...

Pepe: ya te contesté.

ana dijo...

Desde entonces no paro. Siempre que puedo, vengo. A veces, levanto la vista del cuaderno, y miro hacia el horizonte creyendo distinguir la silueta de una barca que me trae sus últimos años en Almiya: leer… navegar…

Te acuerdas? Ha sido leer tu texto de hoy y recordar a Saleta y su faro, y sus días.
Alguien dijo aquello de que nada se crea ni se destruye, solo se transforma, como la espuma que se deshace y vuelve a crearse, y
eso lo explica casi todo.
Un beso Pepe a la orilla del mar,

Saleta pintando silencios.

FLACA dijo...

Gracias, amigo. Demasiado honor para mí.De veras.
Reparé que firmaste "Pepe".
Demasiadas coincidencias saltando por el océano. La Flaca quisiera quedarse por acá, charlando del arte y de la vida,de las coincidencias que saltan el océano, de Viglietti y de Paco Ibáñez, pero es domingo de mañana, ya gasté el tiempo del recreo, y la otra se tiene que ir al mercado a comprar las verduras para hacer el puchero.Un beso.

Anónimo dijo...

Querida ANA, sabes que Justine, Balthazar, Mountolive y Clea eran cuatro espejos que reflejaron la realidad de Durrell. Cuatro ficciones que juntas no hubieran sido nada, y separadas -aún hablando de lo mismo- nos acercaron el escenario hasta casi tocarlo con los labios.

Pues bien, sé -soy consciente- que Saleta estuvo donde yo estuve. Que conoció a Chumpéter, de la forma y manera que tú sabes. Que los dos compartieron botellas de albariño casero con Codorníu. Y -sobre todo-que Pepe les quiere mucho; aunque haya quedado atrás la etapa del faro.

No te extrañes si alguna vez parece que hablan de las mismas emociones, o que describen los mismos escenarios; incluso con ideas o palabras similares. Piensa que han compartido mucho y lo entenderás todo.

Un beso, amiga, en nombre de los cuatro. Gracias a ti, hoy nos hemos vuelto a juntar un instante.

Sasian dijo...

Espero que hayas reparado ese algo que llevabas entre manos. Estoy segura que con albariño casero, el mar, la espuma y el sonido del silencio que producen tus no palabras lo habrás conseguido.

Un beso

Anónimo dijo...

Pepe, tú eres una caña, te adornan tantos encantos, que no sé, pero yo desde luego te tengo idealizado, y me encanta lo que escribes porque me llega de una forma rara, muy especial, me hace sentir belleza y originalidad, y calma. A mi que me encanta volar, paso un rato fantástico siemrpe en tu casita. Además, por ejemplo, ayer estuve una buena parte de la tarde hablando y comentando precisamente del Cuarteto de Alejandría, lo he leído y releído varias veces, Justine me gustó mucho, pero si tuviera que quedarme con uno, lo haría con Clea.
Yo hoy tampoco encuentro nada que mejore el silencio Pepe, es un día muy triste para mí, en realidad ha sido un año, pero hoy han convergido demasiadas cosas, un aniversario cabrón por coincidir además con el día de la madre, y mi amiga, que murió hoy hace un año, era madre, y sus dos hijos, todavía la necesitan mucho.
Ves Pepe... no sé porque te cuento todo ésto...
Besitos, buena semana

Fernanda Irene dijo...

Se me enredan en la garganta la soledad y el silencio; aquí, en tu casa, siempre respiro la melancolía y el dolor de quien no espera nada. Después de pasar los ojos por tus emociones me acerco de puntillas a tus ventanas para sentir, allí fuera, el paisaje de tu mundo interior.

Saludos, Codorníu

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

Vengo impregnada de mar y me encuentro con tus pensamientos marinos... No está mal volver.
Un besin

mera dijo...

Estou de acuerdo con el 1er. comentario de la flaca: Pepe, que buena está Marina.
A mi, el ir y volver de la ola también me deja pasmón.

Margot dijo...

Sigue practicando el silencio, buen ademán vital, pero... que no se te ocurra dejar de escribirlo!! (o pintarlo, intuirlo, explicarlo).

Un beso, Codorniú

ana dijo...

Querido Pepe,
ya te contesté en mi blog (a lo de la estrofa de Cohen) pero quiero aclararte que persiana también es en inglés "persian blind", así que no ibas muy desencaminado a pesar de lo que allí te hayan podido hacer creer.

Viktor, siempre tan puntilloso y enmendador de fallos míos y ajenos, te aclara la cuestión.
Que sepas que me encanta que me comentes mis entradas, siempre eres muy bienvenido y te agradezco tu simpatía y sentido del humor, algo que no abunda por cierto.
Es un placer visitar tu blog, siempre cercano y asequible.
Un beso sincero,
ana

Dátil dijo...

Es increíble!

Me he leído tus blogs, no he podido remediarlo ¿Eres mago?

Escríbeme.

Un beso,

Lena yau dijo...

Tú me vas a matar un día de estos con tus textos, Pepe...

Ten piedad.

Esto de la serpentina de espuma y el búcaro sin etiqueta y luego la serpentina volviendo a formarse me dejó pa´llá.

Pero pa´llá...eh?

Insisto.

Ten piedad.

Ladrón de alientos...

Un beso muy grande.

Patricia Angulo dijo...

Te leía como quien se sienta en una mesa cercana y tiene el encuadre perfecto. En realidad mas que leerte te miraba allí, solo cerca del mar, mas allá mujeres trabajando, vos intentando escribir y atrapar ese paisaje sencillo, con la misma fascinación de Werther por lo simple en esos primeros días en Wahlaeim.
Claro, que luego le sobrevino el amor.

Besos

Ignacio Bermejo dijo...

Magnífica forma de escribir. Me encanta hacerlo sobre el silencio y leerlo tambien. Un abrazo.

Inés dijo...

Hola, te he visto en el blog de Ninguna Parte, y me ha llamado la atención porqué hablas de Itaca, yo hace poco escribí un post sobre Itaca de Kavafis en mi blog; en fin que me he decidido a pasar por tu blog y me ha gustado mucho tu gusto por la literatura y la música, seguiré pasando.
Por supuesto, estas invitado a pasar por el mio.
Un saludo
Inés

Mityu dijo...

Sigo acudiendo, Codorniu, bebiendo de ti, en ese derramarte suave y caliente de una sangre que romana se desliza por voluntad en mitad de un banquete convocado.

Sin embargo el milagro estriba en que esta sangre no sólo no se gasta, sino que se renueva, se enriquece cuanto más da.

A pesar de la extrañeza física de nuestas personas sigo sintiendo gran afinidad contigo.

En cuanto al silencio... a veces lo dice todo, a veces es un suplicio para quien espera una respuesta.

Como casi siempre, podría situarme en los dos planos.

Un abrazo