27 de noviembre de 2009

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Apenas tengo nada que contar. En otro tiempo, me obligaba a escribir, sacaba petróleo de cosas menores. Como cuando la secadora comenzó a hacer ese ruido de locos, hasta que descubrí que lo hacían las cremalleras de las cazadoras que Saleta se fue dejando en mi casa. Qué nimiedad, ¿a que sí? Otro día, apareció el golpe del toldo contra la barandilla de la terraza. Y otro, la antena repicando en el techo del coche, impredecible y aleatoria.
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Después, vino lo de la tablilla. Una y otra vez pisando por encima de una maderita del parquet que bailaba. Al principio, tan sólo un «clinc» seco, como el que haría la campana de madera de un dojo. Algún día contaré de qué inesperada forma llegó a mi vida esto de colocar la atención en las cosas. Sin embargo, todavía no me explico bien cómo se fue. Percibo, únicamente, la estela de un tránsito borroso y difuminado. Me refiero a borroso en la conciencia; ese logro tan fugaz y tan costoso del "darse cuenta", donde los sonidos demasiado grises no alcanzan a poder ser un ancla y se quedan tan sólo en pobres compañeros de una gestalt que nos rodea desde la sombra. En el fondo, demasiados ruidos cotidianos para retenerlos en el presente. Sobre todo por un corazón -como el mío- con el que juegan tanto los vientos del pasado.

Aunque quién sabe... Tal vez, este ego -que pilota mi ser- esté harto de dar siempre un saltito para evitar el «
clinc»...
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Codorníu.
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20 comentarios:

mjromero dijo...

Pues, la vida diaria está llena de esos pequeños ruidos, una de estas noches yo oí como un ruido de canica en una cajita metálica, aún me pregunto de dónde habrá salido tal ruidito a esas horas, y no son cosas que estén dentro, no. Un día estábamos comiendo y iímos el rasgar de las cuerdas del violín que estaba en otra habitación, nadie supo explicarlo pero todos lo oímos,
a parte de ruidos explicables y cotidianos hay otros de difícil explicación.
Me alegra leerte.
Un beso.

FLACA dijo...

Recuerdo perfectamente, amigo, la floja tablita del parquet y el ruido del toldo con el viento.¿Cómo olvidar escritos tan memorables?... Lo bueno, siempre, es leerte y encontrarte, ver que hacés literatura hasta con las cosas más nimias y cotidianas. Y en esta etapa vital que corresponde a los de nuestra generación,¿a quién no le juegan los vientos del pasado?...
Grande, Pepe, siempre.

Y estamos a viernes. Ya sólo falta que pase el sábado. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Queridos amigos blogueros, les pido un favor: entren esta noche del viernes y la del sábado en el blog de La Flaca, una amiga con mayúsculas. El domingo próximo son las elecciones en Uruguay. Ellos se lo merecen todo. Y todo apoyo es poco. Si dicen que van de parte mía les pondrá un daikirí inolvidable.

Gracias.
Pepe.

FLACA dijo...

Pepe: GRACIAS. Mañana trabajo todo el día y de noche (víspera que se está haciendo ya muy larga) creo que vamos a salir para acortar el tiempo y empezar el festejo. Las encuestas dicen que la victoria viene, y es cierta. No sé cuándo, pero trataré de escribir algo de lo que se siente por aquí y estar a la altura de tu recomendación.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Misión cumplida, fui donde La Flaca que siempre es un placer visitar su casa, siempre lo hago aunque ahora tengo calma cerrado y estoy bastante desconectada de esto,no son buenos momentos, ya pasarán, verdad Pepe?, resistir, ese es el lema y el objetivo.
En cuanto a ti Pepe, puedes escribir sobre el vuelo de la mosca szzz szzz que todo tiene sentido y ese sabor y aroma inigualable, y esa foto...
Besos querido amigo

TORO SALVAJE dijo...

Ves como si tenías que cosas que contar.
Aunque cuentes que no las tienes.

Saludos.

FLACA dijo...

Pepe: te dejé un regalito en lodelaflaca.
Morí con esta música. Esto sí que es fusión.

Marisa Peña dijo...

Allí estaremos...ay Pepe a ver si no me fallan las fuerzas, como me pasa demasiado ultimamente.Un gusto leerte.

carmen jiménez dijo...

Pepe: Duele el sonido de las cremalleras en la secadora, y el clinc del toldo y ese logro fugaz y tan costoso del "darse cuenta" que esos sonidos tan cotidianos y tan nuestros, se han transformado en compañeros de una gestalt que nos rodea desde la sombra.
Pero llegará el domingo y podremos brindar y por un momento cambiar el clinc de la tablilla de madera, por ese chin chin de las copas brindando por una vida mejor.
Besos mil

mangeles dijo...

¿Que es una campana de madera de un dojo.?

Es precioso, ...te fijas en cosas...en ruídos, ...sonidos, vida cotidiana...en...

Me encanta este post, Pepe...y la foto es de una ternura ....

No sé si te he contado que siempre me ha encantado sentarme en las piedras...en las escaleras de piedra...incluso...en el suelo, con la espalda pegada a piedras...

Besos, amigo.

Anónimo dijo...

MANGELES:

Su nombre es "han", un trozo de madera (sin la forma de campana ortodoxa)que se golpea con un mazo justo antes de comenzar el zazen, la práctica del zen. El sonido es seco y muy singular.

El dojo es el lugar donde se lleva a cabo dicha meditación.

Un beso, amiga.

made dijo...

La vida está compuesta de estos pequeños clinc ,que unas veces saltamos y otras no.
Los sonidos forman parte de nuestro caminar.
Bonita entrada para recrear los sentidos.
Esperando la próxima.
Un beso

Inuit dijo...

Cualquier banco es un buen lugar para compartir. Si tú no tienes nada que contar, yo me atrevería a decir que nos gastas una broma ;)
El viernes volveré a escuchar las campanas del zendo y de nuevo caminaré como un gato, me sentaré como un buda, escucharé el latido del universo en mi corazón y amorosamente oiré todos esos diálogos amigos que aún no se han materializado en letras, pero que ya existen.
Inuits

FLACA dijo...

Hace 25 minutos que abrieron las urnas. Todo está muy tranquilo aquí aún. Pero no estés tenso, todo el mundo sabe que el Pepe ya ganó. Aquí recien es la hora 19.57. Andá aflojando el corcho. Besos.

FLACA dijo...

Dentro de media hora(20.30) dan los resultados del " boca de urna".
En la TV muestran la rambla sur que se está llenando de gente ( a pesar del mal tiempo y de la lluvia). Aquí pasan motos, autos y gente embanderados. La plaza ya está llena de gente.

FLACA dijo...

En la barra de la Flacurita te espera el brindis y el abrazo fraterno. ¡¡¡GANAMOS!!!...Pepe es nuestro presidente. Gracias,amigo.

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

Pues yo ahora sólo oigo el tic tac del reloj... y el cansancio que me tiene apaleada despues de un viaje intenso. ¿Sabes? sueña acoña pero es verdad, esta mañana muy temprano en parís llovia que ni te cuento mientras me tomaba un cafe en una terraza de esas acristaladas donde la lluvia besa y te tragas los pensamientos aborbotones... y me acordé de ti; salistes entre la crema del café.
Ya os iré contando el viaje, acabo de llegar y la cabeza me da vueltas.
Un beso muy grande

Sibyla dijo...

Hola amigo!

Veo que las semillas enterradas fructifican, y ¡De qué manera!.
Siempre es un gusto leerte, con el silencio de la nieve blanca, agazapada en la transparencia de los suspiros...

Un abrazo grande:)

Pilar Álamo dijo...

Cuando un ruido nos molesta es porque no estamos acostumbrados a él y además nos interrumpe los otros ruidos que son más nuestros, los de todos los días.
Hay algo curioso y no es exactamente un ruido, me refiero a las conversaciones que pasean por delante de una ventana o un balcón. Provocan una atracción en el oyente que está refugiado del exterior y marcan un tiempo...como todo.
Los ruidos del pasado también marcan un tiempo.
Un abrazo sincero

Maria Coca dijo...

Es curioso cómo algunos sonidos se nos meten dentro de la cabeza y siguen resonando tiempo después. Tu texto me ha resultado sonoro, Pepe y he pisado esa tablilla justo donde tú pisas. Y he sentido como tú sientes, aunque tus sensaciones siempre me resultan mucho más finas que las mías.

Besos sonoros.