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Descubrí a Cortázar a través de un compañero de trabajo, cuando ambos teníamos alrededor de veinte años. Mi memoria no afina tanto como quisiera; pero las emociones son otra cosa, y parece que estoy viendo su sonrisa en el momento en que me pasó Rayuela, un día que fuimos a ver “Sacco y Vanzetti” (Giuliano Montaldo, 1971), en una sesión histórica, al menos para mi generación, que se lo leía y se lo veía todo: la de las cuatro y diez de la tarde. Aute lo sabe.
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Como la vida va sacando de la chistera su secuencia de pañuelos anudados, un buen día, por aquel entonces, abriendo un periódico, leí que un grupo de intelectuales (prefiero no citarlos porque algunos gozan de un buen nombre) se había reunido en Barcelona para suscribir un manifiesto de protesta contra el régimen cubano. Cortázar, que estaba entre los convocados, viendo de qué iba la jugada, directamente se marchó sin más.
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A la vez que se desmarcaba con claridad de los que ven en la Luna únicamente las manchas de los cráteres, este escritor argentino (tan en su sitio siempre) enviaría una carta de protesta a La Habana pidiendo explicaciones por la detención del crítico poeta cubano H. Padilla. Esto le valió un doble desencuentro doloroso. Por un lado, con algunos de aquellos "purísimos" intelectuales europeos; y por otro, con una persona que había sido amiga entrañable: la directora de la Casa de las Américas, Haydée Santamaría.
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He leído parte de esa correspondencia esta semana. De paso he conocido algo de la vida de esta mujer, una de las dos que asaltaron el cuartel Moncada el 26 de julio de 1953. Como casi todos los integrantes de aquella intentona, Haydée resulta detenida; su hermano, Abel Santamaría, muere en los interrogatorios; y su novio corre la misma suerte.
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Años después, Haydée se incorpora a sierra Maestra y forma una columna integrada por mujeres. Con el triunfo de la revolución en 1959, inaugura y dirige la Casa de las Américas, en La Habana. Allí acoge la publicación de la gran mayoría de los escritores latinoamericanos exiliados. Su tarea supone una contribución imborrable a la cultura literaria mundial de los años sesenta y setenta.
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Desgraciadamente, esta labor se ve truncada en 1980. Precisamente un 26 de julio. Ese día, Haydée decide poner fin a su pena... fuera la que fuese.
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La biografía de esta mujer me ha parecido tan dolorosa e intensa, que cuando escuché a Omara Portuondo cantando con Ibrahím Ferrer (los dos en la foto) este tema que suena de fondo ("Silencio"), intuitivamente pensé que alguien lo habría escrito para ella.
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No tengo ninguna prueba de que así sea.
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Codorníu.
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15 comentarios:
Qué razón tienes, hay existencias desgarradas por el tiempo histórico que les ha tocado vivir... y cuando te acercas y los miras de cerca, con su nombre y su circunstancia, sólo saber del dolor que han vivido te desagarra...
y luego están los figurines...,los de quedar con buen retrato en la historia..., cuando la historia aunque tarde pondrá a cada uno en su lugar, aunque un poco tarde
de los genocidas ya ni hablo... pero qué alegría cuando se les quita de en medio...
Un beso.
La película que citas es una de esas que me marcó, la vi en un cine forum muchos años después de estrenarse.
Joan Baez canta la Balada de Sacco y Vanzetti, compuesta por Ennio Morricone.
Y tienes razón en eso de que nos veíamos y nos leíamos todo. No tengo ni idea de cual es tu generación, aunque la intuyo, pero es que durante muchos años fué así.
Yo recuerdo que los Jueves por la tarde los conciertos de la Sinfónica eran gratuitos y no me perdía uno.
Los viernes por la mañana podía entrar en la sala de juicios penales y allá que me pasaba horas escuchando alegatos y compañia ( hacía pira esa mañana al instituto )
El Museo de Reproducciones artísticas, abría sus puertas por la tarde para quien quisiera dibujar en vivo y en directo y me iba con mis bártulos a dibujar esculturas de los clásicos.
Y que decirte de los libros, alguna vez he comentado que a Miguel Hernandez, Lorca, Neruda y algunos más los leí muy pronto gracias a la Editorial Losada de Buenos Aires.
Cuando veo hoy en día lo poco que les cunde el tiempo a los estudiantes, alucino con lo que me cundía a mí.
Me gustaría leer la biografia que citas de Haydée Santamaría. Todo lo relativo a Cuba me interesa, pero de esa época mucho más. Ya me dirás el título, editorial, etc.
Veo que sigues enganchado a esa Habana. Hoy las noticias han sido bastante desoladoras con el futuro inmediato que les espera.
Un beso grande Pepe.
Me vuelvo loca con el horario de tu blog Pepe, que ya estamos a 21 y son más de las 2 de la madrugada...jajajaj y marcas dia 20 a las 5 de la tarde.
Oye... no estarás en otras latitudes y yo te imaginaba aqui cerquita...
Verás, lo de los hombres de verde y las manzanitas verdes obedecen a algo que escribí en mi entrada de 2de julio. Y sale de nuevo porque de nuevo el lunes sé si los vuelvo a visitar de inmediato.
Yodo comenzó proque una amiga me había aconsejado la víspera de una operación ver a los cirujanos en tanga de leopardo, para quitar hierro a la cosa... etc... allí lo cuento.
Y gracias por prestarme tu ayuda para correrlos a collejas, pero mejor los dejamos vivitos y coleando para que hagan un buen trabajo conmigo ¿ vale ?
Un besazo Pepe
La vida nos poda en cada una de sus estaciones, pero a veces ésta se pasa con la tijera y volver a renacer es prácticamente imposible.
Me conmueve dolorosamente saber de esa angustia silenciosa y silenciada que acaba en suicidio, a veces lejanos y otras cercanos.
Éstos últimos nos hacen sentir inquietos y pesarosos durante muchísimo tiempo, porque se nos escaparon seres a los que podríamos haber hecho algún intento de lanzarles amarres para sacarlos del abismo, aunque sé que muchas veces pasa en el transcurso de un suspiro.(es más complejo)
Bueno,una entrada bellísima y sí, la canción fue para ella.
Auroras esperanzadas para todas las vidas en amaneceres.
Inuits
o sé como llegaste a mi blog, pero me gusta mucho el tuyo y me quedaré. Te he linkeado. Leo con atención tus vivencias en Cuba y disfruto como lo expresas.
Un abrazo.
la sesion de las 4 de la tarde... jajaja...esa era la buena... ahora, a la de las cinco no se puede ir...todo el mundo hablando como si estuvieran en casa.
realmetne la historia de Haydée Santamaria es sobrecogedora. Tengo una amiga cubana que la cuenta con tal pasión que parece que seamos capaces de verla.
Seguro que alguien la ha escrito para ella... tu lo has hecho.
un abrazo
Veré como hacerte llegar mi correo sin hacerlo público, porque he mirado en tu perfil y no aparece correo al que poder escribirte.
El tema del horario del blog, nada tiene que ver con que en el ordenador lo tengas bien. Tendrás que ajustarlo en la configuración del blog.
Si te sirve de algo en el mio tuve que elegir entre las opciones que me daba: (GMT+01:00)Madrid
Me ha hecho mucha gracia esa sorpresa tuya relativa al recurso de los hombres de verde.
Un beso Pepe
Hermoso homenaje el tuyo y llamado a la memoria. Mujeres como ésta reivindican nuestro género y bofetean el rostro de los machistas que nos mandan a lavar los platos cuando andamos conduciendo por la calle.
El tema musical, impresionante como siempre. Un beso.
Yo tambien empecé con Cortázar a los 20.
Y aunque no pueda escuchar la canción (una pena) me quedo pensando que si tu intuición te hizo pensar que era para ella, tambien para mi lo es.
Un abrazo.
Sucede que cuando vengo aquí me quedo mucho tiempo. Suena la primera canción, otra, otra, otra... hasta que pienso en flores de ciruelo, o la luz del amanecer, o decido que el tiempo vuelva a existir.
Algunas me dan ganas de girar suavemente, otras liberan las muchas lágrimas que guardo formando un charquito entre las teclas y mis muslos, en el pequeño espacio que áun queda de mesa.
Sucede que leo tu post y me parece entrar en los pensamientos de aquellas personas, de los artistas, de ella, de ellos...
Yo me sé la fecha de la muerte de Cortázar porque fue mi primer año de universidad. Hicieron una fiesta de la primavera en su honor, y había que ir vestido de francés (...) o de argentino. Y beber mate. Pero yo no conseguí ni probarlo. Demasiado novata y tímida.
También hay muchas fotos. Las miro. Siempre que entro. Me detengo en una y formulo un deseo.
Un abrazo, Pepe Codorniu.
Pepe: Me emocionó lo que le escribiste al Tata por su cumpleaños, él no es como si fuera mi padre, pero es el padre de mi mejor amigo, el Santi. Él también es amigo y es un Maestro. Así le llaman sus colegas y sus discípulos; pero, además de haberse ganado como músico ese título, él ha sabido ser un Maestro de la vida.Él es eternamente joven, pero con la sabiduría que le han dado sus años.Y está lleno de historias, como seguramente está tu papá.Un gran abrazo.
Este otoño pepe has comenzado con unas letras bárbaras... que lo sepas.
Desconocía la hitoria de esta mujer. Muy interesante... y con mucho trasfondo.
Gracias por darla a conocer.
Pepe, no importa si es o no es,.
Me sorprendo por aqui, y como llorar en lugar público es un poco incómodo, voy a dar una vuelta, para verme en otros ojos.
/volveré, que siempre se puede volver,
" no olvides que el camino es pal que viene y pal que vá"
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