5 de junio de 2008

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«Salgo por necesidad, vuelvo por amor», estaba pintado en un camión por fuera. La lectura la hicieron unos ojos que fueron tan generosos que atravesaron el tiempo y dejaron esas palabras en los míos.
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Estas dos aves fatigadas con las que miro el mundo buscaban algo, lo que fuera, donde posarse para volver a escribir, y eso hicieron.
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Pero nada más comenzar me di cuenta que el camión era de otro, ni siquiera del que lo vio pasar. Y que no hay nada que signifique lo mismo para nadie. Aunque sea muy bonito.

Saleta

19 comentarios:

PIZARR dijo...

Es igual de quien fuera el cami�n y es igual que las mismas letras o los mismos acontecimientos signifiquen para cada uno de nosotros cosas diferentes.

Lo �nico cierto es que en este caso esas aves fatigadas con las que Saleta mira el mundo, con lo que vieron, le hicieron sentarse a escribir y de paso regalarnos estas letras.

Dale las gracias a Ch�mpeter por sus letras desde ese banco de la estaci�n.

Un beso Pepe

Anónimo dijo...

Me pone mal verte tan triste Pepe...
Esas aves fatigadas las imagino preciosas, porque ven bonito, porque ven lo bello, y eso transmites tú, serenidad y calor humano...
Anímate corazón... que se te quiere mucho.
Mil besos

FLACA dijo...

Aunque la consecuencia sea el desencanto, siempre es bueno asirse de algo y empezar de nuevo.

Un abrazo fuerte y grande.

Lena yau dijo...

Lo bello es justamente eso...la naturaleza plural de un signifiado...

¿estás triste?

No....


Yo creo que sólo piensas...y piensas....miras y piensas...

Armas de un brujo, que hace hechizos y roba alientos!

Hermosísimo texto....bálsamo mañanero para mí.

Besos

Anónimo dijo...

La poesía y eso tal vez lo es, no es de quien lo escribe: es de quien lo necesita, ya sabes, lo decía el cartero de Neruda. Las palabras que alguien consigue arrancarle al vacío para expresar lo que parece inefable, son de todos en el momento en que salen al aire, en que se vuelcan al papel. Y no es una cuestión de copyright. Es otra cosa. Tiene que ver más bien con la magia.

Anónimo dijo...

Por cierto: al llegar por aquí me ha saludado Abril, de M. del Mar Bonet. Compruebo que te ha funcionado el truquillo para el youtube...¿verdad? Me alegro mucho.

Sasian dijo...

...y el amor se convierte en necesidad.

El significado siempre depende de nuestra historia y de lo cansadas que esten las aves con las que cada uno miramos el mundo.

Que bien han elegido tus aves fatigadas para volver.

Un beso.

Gracias Chumpéter

Mª Jesús Lamora dijo...

Leo otros comentarios y me queda la duda de saber si es un escrito o es un sentimiento autobiográfico.
Sea como fuere, quedan las palabras y las sensaciones que, para cada uno de nosotros, produce. A cual más distinta.
Siempre el abrazo.

FLACA dijo...

Pepe: Paco me roba el corazón. Totalmente. Lo conocí escuchándolo bajito, porque estaba prohibido, en casa de una amiga mayo, donde lo escuchaban con el volumen bien bajoi mientras jugaban al truco.

FLACA dijo...

Pepe: Paco me roba el corazón. Totalmente. Lo conocí escuchándolo bajito, porque estaba prohibido, en casa de una amiga mayo, donde lo escuchaban con el volumen bien bajoi mientras jugaban al truco.

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

Buena reflexión la tuya, excelente metáfora.
Besillos para mi Pepe

FLACA dijo...

Creí haber escrito un mensaje más largo y no dos cortos impresentables y con errores.
Que Paco me roba el corazón es absolutamente cierto. También es cierto que lo escuché por primera vez en casa de una amiga mayor, donde lo escuchaban bajito con sus compañeros de Facultad mientras jugaban al truco y yo les cebaba mate.Allí,aquellos domingos de mañana, mientras se cocinaba el guiso de lentejas, conocí a Brassens, a Mocedades, a los poemas de Rafael Alberti cantados, escuchaba a Zitarrosa, etc. Ella tenía todos los discos.
En el comentario que creí escribir ayer te contaba que Paco estuvo en Uruguay no recuerdo si en el 83 u 84. Ya en esa época parece que no estaba prohibido, pero suponíamos que no iba a poder ser que cantara aquí. Por lo tanto nos apresuramos a sacar las entradas. Hicimos largas colas en la calle y nos pasaban por al lado - así como manteniendo el orden-con los perros amaestrados y con los altos caballos. Hasta creíamos que nos estaban filmando.
Pero fuimos y vimos a Paco y lo escuchamos cantar en un Palacio Peñarol repleto de gente. Es de esos momentos memorables en la vida de uno. Casi lo que a vos te ocurre con Viglietti.En el 86, cuando conocí a Él, el de platinada cabellera, supimos que habíamos estado en ese mismo recital. Por algo será.

Mityu dijo...

A veces se da la magia de que las cosas no pertenecen a una sola mirada.
Sin duda esa magia me hace volver aquí, donde otro puede pensar mi pensamiento, llorar mi llanto y cantar mi canción, aunque fueran palabras para Julia, y yo no me llame así.

Un abrazo

Patricia Angulo dijo...

Ay Pepe con qué maravillosa simpleza has contado el preciso instante donde se rompe la magia. Cómo pellizca el alma ese momento de derrumbe, en el que descubrimos que aún habiendo visto la belleza, no nos ha servido nada mas que para recordarnos que está en otro lado.

Pepe, me has hecho sentir tu pena.

Un abrazo y un beso a esas aves fatigadas.

Isabel Mercadé dijo...

Hola Codorniu:
He llegado aquí desde el blog de Inuit y me ha emocionado encontrarme con todos los iconos de mis más jóvenes años, casi infancia. He leído esta entrada y también la última que tienes en el otro blog, TabernaLentiscal. Literariamente hablando, las dos me parecen excelentes. Sin embargo, me resulta difícil juzgarlas con distancia. No pueden dejar de tocarme el corazón.
Tengo, además, un curioso y cariñoso recuerdo personal de Paco. Un día, estaba haciendo cola en una panadería del centro de mi ciudad y el señor que estaba delante de mí, al intuir un gesto de impaciencia (que no era tal, sólo estaba intentando ver mejor la exposición de panes, pasteles y pastelitos) me rogó que pasara adelante. Cuando levanté la vista para agradecérselo y asegurarle que no tenía ninguna prisa ¿Quién me estaba mirando con simpatía? Él, Paco Ibáñez. Me quedé tan sorprendida que no atiné más que a hacer lo que hubiera hecho de ser un desconocido. Creo que en el fondo él lo prefirió.
Saludos afectuosos.

Juan Díaz Casares dijo...

Yo también entro en Aguas abajo y arropan mi nostalgia los escritos y los comentarios que genera, todo de una belleza que asumo, ya que me deleitan y me retraen lo vivido.
Aquí en Barcelona a finales de los años sesenta apareció para nosotros, veiteañeros entonces, Paco Ibañez en sus discos traidos a escondidas de Andorra que nos pasabamos de unos a otros para escucharlos y descubrir la poesía de los poetas prohibidos por los que empuñaban las espadas fratricidas. Paco hacia entradas entonces desde Fracia, para apoyar con sus recitales el empuje para acabar con la Dictadura.
Después lo hemos visto y escuchado en estos años en el Palau de la Música y en ateneos populares de los barrios y sigue siendo el Paco Ibañez que nos levantó lo oculto y prohibido. Saludos a todos.

Desde mi ventana dijo...

Este blog sobre todo me ha llegado al corazón.

mera dijo...

"Salir por necesidad, volver por amor", es la Ley. Un abrazo poeta.

Sasian dijo...

Vine a visitarte y escuchar un rato tú, nuestra música.

Besos