22 de mayo de 2008

Pasar al ordenador una servilleta en esta taberna oscura y pequeña con el piso de tierra (y alguna losa de pizarra descolocada) es un sabor difícil de explicar. Aquí, junto a un mar de tachones, se empaña el alma a pocos metros de anónimos existencialistas populares sin buhardilla en Montmartre, rostros afilados que miran hacia la entrada en un afán ciego de labrar el tiempo con la vista. El tiempo… los recuerdos… todo aquello que quedó sin hacer, gira alrededor de cada tonel como un tiovivo donde se elaboran a pelo las propias tragedicomedias. Ante sí, unas copitas de orujo, a corazón abierto, se reúnen sin otro espejo que nuestras propias vidas.

No he podido seguir escribiendo en este entorno. Necesito… llamémosle un descanso. En el fondo, tampoco sé si es eso. Disculpadme. Estos paréntesis suelen acabar pronto, porque el agua -en su descenso- siempre encuentra salida para seguir bajando. Por eso me despido, y no me despido.
.
Como dicen por aquí, parodiando a Shakespeare: "Ir, volver, esa es la pregunta".

Hasta luego,
Codorníu.

25 comentarios:

Anónimo dijo...

Que tu descanso sea productivo. Pero que sea breve, va, no nos dejes...

FLACA dijo...

Escribo esto con el corazón en un puño. Pepe, que Codorníu no se haga el loco, que se despida si quiere, pero que vuelva.
El cuadro es impresionante y sugestivo; me prendo de ese teléfono sin colgar.Y entre ese "ir y volver" que la respuesta sea volver.
Me gustó la música, pero no pude entender la letra, me pregunto en qué será que está cantando.
Un abrazo fuerte.Como se dice por aquí: ta'lueguito.

Anónimo dijo...

Pepe cariño... aquí te espero, con lágrimas en los ojos.
No tardes... por favor.
Te quiero mucho, descansa

FLACA dijo...

Aquí todavía no amaneció. Me alegró el día encontrar la traducción y pensar y degustar esos versos mientras escucho la canción y desayuno antes de salir al trabajo. La música ya dejaba entrever que era una poesía hermosa.Debe ser la única despedida escrita en verso que no es triste,que está mostrada como una posibilidad de esperanza:"que tengas suerte, que encontremos todo aquello de lo que carecíamos ayer".Así vale la pena.Pero ya te dije cuál deseo que sea la respuesta de Codorníu. Gracias.Un abrazo mañanero.

Maria Coca dijo...

Descansa, respira y ve pero después vuelve. Te estaremos esperando.

Besos para un viaje de ida y vuelta.

mera dijo...

Water leaks everywhere. El agua se cuela por todas partes, busca como dices salida hacia abajo. Lo malo es cuando se mete en las venas, entonces no hay salida. Tus aguas son menores, un placer.

Fernanda Irene dijo...

Todo pasa y todo queda... tú quedarás.

Pepe, Codorníu, espero al menos, veros regresar juntos.

Dos besos dobles

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

Hasta pronto... Aquí estaré esperándote. Mientras me tomaré un café.
Besotes mil

FLACA dijo...

Mil gracias por el artículo,Pepe. Él es especial para mí, leyendo sus novelas en la adolescencia terminé de enamorarme de la literatura. Él estuvo hospitalizado hace unos días nuevamente por descompensación. Tiene exactamente la edad del Tata Bloguero, ambos cumplen en setiembre, ambos son muestra de la dignidad de la vejez. Cómo se puede ser tan joven en un cuerpo que envejece.
Un abrazo.

Sasian dijo...

El sabor lo explicas tan bien,que hasta podemos sentir el olor a tierra, pizarra, orujo y albariño. (yo lo imagino así). Ordenando, en esa vieja servilleta de papel que a veces nos sirvió para secar lagrimas, el tiempo. Y viendo en un espejo como pasa por nuestras vidas.
Descansa. Estás disculpado. Ves y vuelve.
Te estaremos esperando.
Un abrazo.

Inuit dijo...

Acabo llegar de Las palabras son mis ojos, de fuente, a fuente y en el reposo de tanto fluir suena esta música deliciosa y está la voz del que me ha acompañado durante tiempo,del cual él bebió y me dije aquí hay agua para días aunque la sequera es faci notar, tots sabem que l'aigua sempre corre encara que no se visible la seva remor.
Un plaer haver-te trobat
Aurores lluminoses

Inuit dijo...

Disculpa, he acabado en catalán sin saber que eras de lengua materna catalana, supongo que ha sido por el Llach y el Guerra.
Auroras

Mityu dijo...

Es un sitio necesario. Es una palabra necesaria. Es una compañía cálida.Últimamente el tiempo y yo andamos tan reconciliados que he acabado por desestimarle como medidor de mi vida, de mis actos y mis quietudes. Se queda pequeño para el ser que alberga el cuerpo. Parece una idea alocada e irreflexiva, pero tal vez lo más grave precisamente es que no puede ser acusada de improviso: el tiempo está para servirnos a nosotros, y no al revés.

Volveré cada vez que pueda. Como siempre. Por si acaso.

Un abrazo

Lena yau dijo...

Te entiendo, Pepe.

Afortundamente sé que no te tendré que esperar mucho.

Y es que yo, también, soy maga.

Un beso grande, ladrón de alientos.

PIZARR dijo...

Tan solo tú Pepe sabes exactamente lo que le conviene a Codorníu.

Por lo tanto, aunque podría decirte que me encanta llegar a casa y encontrarme con tu visita o con nuevas letras para leer en la tuya... no voy a decírtelo...

También podría decirte que me encantan las servilletas de papel y sobre todo como las pintarrajeas y las estrujas y las guardas y las pierdes y las encuentras... pero tampoco te lo pienso decir...

Lo que si te voy a decir es que me encantará abrir un día el Reader y encontrarme de nuevo con tus letras.

Un beso Pepe... Un beso Codorníu

Margot dijo...

O era la respuesta?

En cualquier caso seguiré paseando por tu cueva hasta que decidas despedirte o no hacerlo.

Que tengas una buena pausa y un beso para el entreacto.

Patricia Angulo dijo...

Bueno, entiendo eso del sabor extraño.

Y cuando vi la foto, pensé en una despedida, ya hoy he pensado como tres veces en las despedidas.
No me gustan, no sé qué decir, miro para otro lado y pienso en cosas insólitas.
Como por ejemplo qué estarás pensando cuando te apuntes en la próxima servilleta.
Con la insolencia de los que no se resignan, te digo chau y hasta la vuelta.

Besos para estos días.

FLACA dijo...

Pepe, qué bueno que no te perdiste. No sabés lo que daría por poder invitarte a un asadito de esos.Los uruguayos siempre nos llevamos muy bien con los españoles y siempre hemos intercambiado platos; mi padre tenía dos amigos catalanes, republicanos venidos de la guerra, que eran como hermanos; uno de ellos y su mujer eran mis tíos más queridos.Mi abuelo materno era español. Siempre siento que hay una parte mía que no conozco perdida por allá.
No sé por qué te cuento esto, debe ser porque a mí también se me hace agua la boca, por eso es que sufro y que soy débil y que finalmente me como todo como flaca acostumbrada desde siempre a comer lo que quisiera.Pero tenés razón, lo que tenga que ser será y siguiendo el ejemplo de tu padre,llegué de trabajar y, antes de comerme el churrasquito, me estoy tomando un rico whisky para reconfortarme.
Un abrazo enorme.

carlota dijo...

Pues eso. QUe sea breve y productivo o no, que te alivie el corazón.
Besos

ana dijo...

Suerte Pepe,
un beso como siempre,
ana

Nobel prize blogger dijo...

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Sasian dijo...

Solo pasé, casi en silencio para saludarte.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Y yo vengo a dejarte un gran soplo de besos que te lleguen directos al alma...
Te echo mucho de menos Pepe querido...
No tardes TQM

Clarice Baricco dijo...

Sigue escribiendo en las paredes de tus ojos.
Descansa y cuida tus manos.

Abrazos.

FLACA dijo...

Pepe, amigo: no podés colgar a Paco así, impunemente. Esto es demás. La emoción del encuentro es muy fuerte.
Ya sé que yo te traje recuerdos con Viglietti. Pero Paco... Paco es especial.
No recuerdo bien si fue en el 83 o en el 84 que estuvo aquí, en el Palacio Peñarol, una cancha de basquet cerrada y enorme, en el centro de Montevideo, de una cuadra cuadrada. Pensábamos que a último momento los milicos no lo iban a dejar cantar; estábamos en dictadura, era peligroso ir. Pero fuimos e hicimos la cola para sacar las entradas muchos días antes. Los milicos nos pasaban por al lado con los perros y los altísimos caballos tratando de amedrentarnos. Pensábamos que nos estaban filmando y/o sacando fotos, pero igual hicimos la cola de horas y fuimos al recital. Fue maravilloso. Después, cuando conocí al de platinada cabellera en el 86, resulta que también había estado allí. Nada es casualidad, creo.