8 de julio de 2008

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Dices «Iré a otra tierra, hacia otro mar
y una ciudad mejor con certeza hallaré.
Pues cada esfuerzo mío
está aquí condenado,
y muere mi corazón
lo mismo que mis pensamientos
en esta desolada languidez.
Donde vuelvo mis ojos sólo veo
las oscuras ruinas de mi vida
y los muchos años que aquí pasé o destruí».

No hallarás otra tierra ni otra mar.
La ciudad irá en ti siempre. Volverás
a las mismas calles.
Y en los mismos suburbios
llegará tu vejez;
en la misma casa encanecerás.
Pues la ciudad
siempre es la misma. Otra no busques
-no hay-,
ni caminos ni barco para ti. La vida que aquí perdiste
la has destruido en toda la tierra.

Pasado mañana me voy de vacaciones; el viernes, sino hago mal las cuentas. Me gustaría despedirme uno por uno de todos; pero temo citar a unos y olvidarme de otros. Y, aunque sería involuntario, no dejaría de ser muy injusto.

No creo que haya sitio -fuera de uno- que haga milagros. El poema de Kavafis, que todos conocéis con seguridad, es claro al respecto. Despojado de expectativas mágicas –en el fondo, la ceniza que sube a mi boca-, me despido de vosotros hasta la vuelta…

Con mucho cariño,
Pepe.
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19 comentarios:

Anónimo dijo...

Disfruta mucho Pepe, bébete la vida en estos días, coge fuerzas para la vuelta, y ya sabes... aquí te estaré esperando siempre.
Mil besos

carlota dijo...

Kavafis apuesta por el viaje y por que cada uno de nosotros llevamos la casa (la real) a cuestas.
Felices vacaciones y muchos besos

Lena yau dijo...

No. Ceniza, no.

En la boca llevas salitre.

Corales.

Albariño.

Limón.

Y una esquina de crepúsculo.

Te echaré de menos.

Pasalo bien, ladrón.

FLACA dijo...

No ,Pepe, al menos yo no conocía ese poema de Kavafis, y a Kavafis lo conocí gracias a vos. Entrando aquí he conocido a poetas y cantores nunca vistos por mí anteriormente.
El poema es muy hermoso y parece escrito para vos. No hay paisaje que pueda renovarnos si no cambiamos la mirada, si nos quedamos fijos colgados en un instante mientras la vida a borbotones se nos escapa pasando por el costado.

Ojalá que ese sol que te abrazará alegre hasta el último rincón de tu alma y que las guarachas abran la jaula y dejen escapar todos los gorriones. Y ojalá que si vas a La Bodeguita te tomes una por mí.
Un abrazo, hasta la vuelta.

Anónimo dijo...

Hasta la vuelta. Que los días sean largos, las noches preciosas, las palabras mágicas (ellas sí que son, aunque las expectativas no lo sean).
Y vuelve, que te estaremos esperando...

mera dijo...

Disfrútalas, mi literario amigo.

mjromero dijo...

Te deseo días llenos de magia, al menos un poquito de magia, horizonte muy azul e iluminada la mirada...
Hasta el regreso.
Un abrazo.

Patricia Angulo dijo...

Qué estés bien Pepe, donde seas que quede esa ciudad, dentro tuyo o a mil km de vos, dentro de tus ojos.

Me voy cantando la Vidalita :)

Besos, soy peregrino...

ana dijo...

Pepe,
despójate de la ropa y bañate en el mar de las espectativas, es lo único que nos aliviará el calor del trayecto de vuelta a la carga,
beso,
ana

Sibyla dijo...

Aunque no halles otra tierra ni otro mar, lo importante es que en esos días de descanso y desconexión, puedas hallarte a tí mismo y seguir sorprendiéndote por el descubrimiento...

Te esperamos!
Hasta la vuelta!

FLACA dijo...

¡Bon voyage!...Con todo mi corazón.

Isabel Mercadé dijo...

Querido Pepe:
Citas a Kavafis, pero tu comentario me recuerda el "De senectute" de Gil de Biedma. Sin embargo no voy a citarlo. Prefiero, ahora, apelar a este otro, "La calle Pandrossou", escrito en la misma época:
"Era un lunes de agosto
después de un año atroz, recién llegado.
Me acuerdo que de pronto amé la vida,
porque la calle olía
a cocina y a cuero de zapatos".
Con mis mejores deseos.

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

Felices vacas, niño

Maria Coca dijo...

No hay mejor forma de despedirse que a través de un poema. Vuelve pronto pero mientras tanto, disfruta de todo. Hay mucha belleza en lo más simple.

Besosss

gaia56 dijo...

Acabo de llegar a este blog por primera vez... y creo que volveré me gusta mucho la acogida musical y lo que he leído.
La vida está dentro, la llevamos siempre puesta.
Un beso

Mityu dijo...

Pero no es la razón el mayor de los dones ni la magia la de menor credibilidad. Jamás se repite uno dos veces excepto cuando deja de mirar.
Donde vayas todo será distinto, cuando vengas todo será diferente, y tú mismo nada tienes igual. Si haces el esfuerzo, y vuelves a tener ganas de mirar.
Un abrazo.
Se te espera.
Besos

Sasian dijo...

siempre volvemos a nuestra historia familiar infantil..lo bueno es reconocerlo,(de conocer) y ser capaces de manejarnos en esa historia. Y esto nos permite disfrutar de otras "ciudades", "calles"...

Sin milagros...un abrazo y gozosas (de goce) vacaciones.

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

Me voy de vacaciones, las necesito como el comer.
Gracias por haberme leído en mis blogs, por tus palabras, por haberme motivado, por estar ahí.
Un abrazo y en septiembre nos veremos
Pepe eres maravilloso, no lo olvides

FLACA dijo...

Pepe:
...sin palabras. Me pongo de pie, me llevo la mano derecha al corazón e hinclino la cabeza.Sin hablar, emocionada.Aplaudo.
¡¡¡IMPRESIONANTE!!!...
La verdad es que llegar de trabajar, después de un día como tantos que no es fácil, y darse este paseíto por la Habana vieja, mientras escucho a Silvio es algo maravilloso.
Te vas a reír, pero algunas calles de la Ciudad Vieja de Montevideo se parecen con La Habana.Fijáte en las fotos de Montevideo que tiene desparramadas por su blog el Santi en sus divagues.
También te vas a sonreír, pero mi hija de veinte afirma que esta canción que suena mientras te leo, y que sonaba cuando yo tenía veintipico, es la mejor de Silvio.Es más, me dedicó esa estrofa que dice "tú me recuerdas el prado de los soñadores..." en un cuaderno que me regaló para que anotara las ideas, reflexiones y ocurrencias para escribir en el blog.A él lo he visto y escuchado en vivo en Montevideo.
Me mató la foto de Hemingway en El Floridita. También la del daiquirí.Si estuviera dando clases aún, se la mostraría a aquellos alumnos de 6º de Arquitectura
(preuniversitario) que tuve hace muchos años y sigo guardando en mi corazón y que, cuando fui a empezar en clase "El viejo y el mar", aparecieron en el aula con una guitarra sin que se las pidiera;les dije "chiquilines, pachanga no",pero me cantaron una canción maravillosa que habían inventado sobre la novela.
Bueno, esto está lleno de cosas emotivas así que me voy despidiendo.
Sólo espero que después de estas vacaciones, Codorníu,por un tiempo no vuelvas con la pálida de siempre, que vengas y me cuentes que en el mar había luna llena y noche estrellada y que te subiste con Saleta en la barca de tus cuadros y te diste un paseíto feliz, y que al otro día tomaron sol despreocupadamente y se dieron hermosos baños en esos mares de Galicia.
Yo, mientras tanto, voy a prender la estufa a leña para mitigar e3l invierno de estas latitudes y a calentar ese guiso de lentejas que hice ayer y me quedó - como dicen ustedes- "de puta madre".
Como quien dice, no se conforma el que no quiere.
Un abrazo.