17 de octubre de 2012

Cuando uno está jubilado se fija en muchas más cosas porque va más despacio; se para en los semáforos, se le pone cara de tonto con los recuerdos, no corre... 

«Salgo por necesidad, pero vuelvo por amor», he leído en el parabrisas de un camión que conducía un emigrante de rostro achinado. 

La lectura la hicieron, en un semáforo, las dos aves fatigadas con las que miro el mundo. Fue un momento en que buscaban algo -lo que fuera- donde posarse para volver a escribir. Pero nada más comenzar me di cuenta que el camión era de otro. Y que no hay nada que signifique lo mismo para nadie. 

Aunque sea muy bonito. 

Codorníu.

5 comentarios:

FLACA dijo...

Querido Pepe: yo pedí prórroga por cinco años más. Aún no quiero jubilarme, pero cada vez más seguido me tienta la idea de tener todas mis horas para mí exclusivamente. A veces estoy cansada. Habrá que acostumbrarse a esa nueva libertad, y a observar los camiones que pasan con otros ojos, aunque no sean nuestros: Estoy segura de que la realidad, tal vez, se vuelva mucho más rica. Un abrazo.

Codorníu dijo...

Querida Flaca:
En la filosofía oriental se da por hecho que el ser humano ha de repartir su vida en tres tercios:

- En el primero, la vida se ve con ojos lúdicos, curiosos, rebosantes de ilusión... Es toda una salida hacia afuera, una búsqueda, un viaje...

- En el segundo, la energía se consume en lo productivo, en levantar proyectos y, sobre todo, en procrear y sacar adelante la prole.

- En el tercero se entra en el curso bajo del río. Las aguas ya van calmadas. Es el momento ideal para "preparar la vuelta a casa". Desanda el camino para recuperarse, para reconocer su rostro verdadero sin espejo... Deposita los sedimentos e intenta soltarse de casi todo (otra cosa es hasta qué punto lo logra) para llegar a la desembocadura "Ligero de equipaje", lo más ligero posible.

En mi opinión esta última etapa no demerece en absoluto. Son tres proyectos, cada cual más importante

FLACA dijo...

Esta última etapa debe ser la más sabia, tal vez. Pero te aseguro que es la que más me está costando. Un abrazo, amigo.

Anónimo dijo...

Mirar con tus ojos, es de lujo, porque sabes ver lo que resulta opaco a los ojos de muchos.

Volver dices?, nunca te fuiste Pepe, ni de aquí, ni de mi corazón.

Te abrazo mucho

Gregorio Omar Vainberg dijo...

Siempre estamos volviendo Pepe, aunque al chino que maneja le sea imposible, y no entienda nada de lo que dice el camión, seguramente de otro tambien. A cuidarse de los camiones y de la nada y que nos signifique mucho, aunque sea otra cosa, hasta lo contrario.
Un abrazo!