2 de diciembre de 2011

"El deseo nos empuja y nos crucifica, llevándonos cada día al campo de batalla donde, la víspera, fuimos derrotados, pero que, al alba, de nuevo se nos antoja terreno de conquistas; nos hace construir, aunque hayamos de morir mañana, imperios abocados a convertirse en polvo, como si el conocimiento que de su caída próxima tenemos no alterara en nada la sed de edificarlos ahora".


 Muriel Barbery,

 La elegancia del erizo.



Así estamos, en este punto desencolado de la Historia, asistiendo impotentes a cómo se deshilacha todo. 


Perdiendo en un día lo avanzado en un año; en un mes, lo conseguido en diez años; y en un año, lo que ha tardado en levantarse un siglo. 


Como si todo fuera de lo más natural, nos rendimos a los mercados mientras volvemos de las urnas tarareando el estribillo de aquella premonitoria canción de Aute: 


"Lo que viene, se va;

como suele pasar
el viento, el viento..."


Codorníu.



4 comentarios:

FLACA dijo...

Querido Pepe:
Ya estaba preocupada, así que me ha gustado verte reaparecer. Aunque sea tan triste lo que decís. ESTAMOS TODOS JODIDOS, y a veces una se pregunta para qué todo.
Aunque otras veces la verdad, aunque sea triste, nos reivindica como seres humanos.

Un fuerte abrazo.

mjromero dijo...

Te dejo un enlace a una noticia del periódico 'el público', quizá no esté todo tan perdido, o no durante mucho tiempo.
Un abrazo.

http://www.publico.es/dinero/410451/las-izquierdas-francesa-y-alemana-pasan-al-ataque

FLACA dijo...

¡¡¡Pepeeeeeeeeeeeeee!!!....

FLACA dijo...

Por suerte, apareciste. Volvió a salir la imagen del desayuno, que no comprendí pero la tomo como un obsequio. Después de todo, un desayuno así en un lugar como ése es de las cosas que más ansío a veces en la vida. Un abrazo.