El pasado miércoles, el Parlamento griego aprobaba un duro plan de ajuste. Mientras en la calle se desencadenaba una guerra campal, la euforia se adueñaba de las bolsas europeas. No resulta difícil concluir quiénes son los beneficiarios y quiénes los perjudicados. La situación se parece excesivamente a las intervenciones que en el pasado realizaba el FMI en los países subdesarrollados, concediendo préstamos en condiciones tan severas que las misiones de este organismo iban acompañadas de revueltas, huelgas y violencia callejera. “Tumulto Fondo”, llegó a denominarse. La medicina mataba al enfermo, y bastantes de estos estados tan sólo han comenzado a respirar cuando se han liberado del FMI y del Consenso de Washington.
¿Cuál, entonces, es la razón del rescate? Desde luego, no es salvar al país heleno, sino ganar tiempo para que los bancos europeos terminen por liberarse de la deuda griega. Entre 2009 y 2010, las entidades financieras alemanas han reducido su exposición a la deuda de los mal llamados “PIGS” (Portugal, Irlanda, Grecia y España) de 500.000 a 230.000 millones de dólares, y de forma similar las francesas.
Dentro de un año, Grecia seguirá igual o peor y tendrá que abandonar el euro y reestructurar la deuda, pero esta, sin embargo, ya no se encontrará en manos de los bancos franceses o alemanes, sino del Banco Central Europeo (BCE) y del resto de los estados de la eurozona. Es posible que a medio plazo, España o Italia, para sobrevivir, tengan también que salir de la UM, pero entonces tendrán que enfrentarse no sólo a su endeudamiento sino al transferido por las entidades financieras europeas.
A pesar del llamado contagio, hasta hace poco el problema era de los bancos. Ahora ya lo compartimos. Mañana será exclusivamente nuestro.
Juan Francisco Martín Seco. Economista.
Más claro, el agua: la quiebra de Grecia (y otros) es un hecho, que no se puede dejar que suceda POR AHORA. La causa: ganar tiempo. ¿Para qué? Porque ante una situación de quiebra, los bancos acreedores no cobrarían buena parte del capital prestado. Solución: darle un crédito de rescate por parte del Banco Central Europeo (o sea, con los presupuestos ciudadanos de los estados miembros) para que vaya pagando los intereses. De esta forma, la banca privada alemana y francesa van recuperando sus préstamos según llegan los vencimientos y van liberando y reduciendo el porcentaje de deuda contraída en el pasado. Y cuando ya apenas les quede deuda por recuperar, dejarán caer a los griegos sin contemplación alguna y la quiebra ya no les pillará como acreedores. Impresionante, el poder que tiene la banca.
¿Quién será entonces el que asuma el marrón? Los nuevos prestamistas: el Banco Central Europeo, o sea los presupuestos mancomunados de todos nosotros, que, llegado ese momento, veremos subidas de impuestos de infarto y una ingente cantidad de recortes en los gastos sociales para enjugar la parte de deuda fallida que nos corresponda en el agujero subsiguiente que contraerá el BCE.
Codorníu.
Más claro, el agua: la quiebra de Grecia (y otros) es un hecho, que no se puede dejar que suceda POR AHORA. La causa: ganar tiempo. ¿Para qué? Porque ante una situación de quiebra, los bancos acreedores no cobrarían buena parte del capital prestado. Solución: darle un crédito de rescate por parte del Banco Central Europeo (o sea, con los presupuestos ciudadanos de los estados miembros) para que vaya pagando los intereses. De esta forma, la banca privada alemana y francesa van recuperando sus préstamos según llegan los vencimientos y van liberando y reduciendo el porcentaje de deuda contraída en el pasado. Y cuando ya apenas les quede deuda por recuperar, dejarán caer a los griegos sin contemplación alguna y la quiebra ya no les pillará como acreedores. Impresionante, el poder que tiene la banca.
¿Quién será entonces el que asuma el marrón? Los nuevos prestamistas: el Banco Central Europeo, o sea los presupuestos mancomunados de todos nosotros, que, llegado ese momento, veremos subidas de impuestos de infarto y una ingente cantidad de recortes en los gastos sociales para enjugar la parte de deuda fallida que nos corresponda en el agujero subsiguiente que contraerá el BCE.
Codorníu.
4 comentarios:
El capitalismo es global, las soluciones tienen que ser también globales.
Las consecuencias relacionadas con la falta o la contaminación de agua potable provocan cada año más víctimas mortales en todo el mundo que cualquier tipo de violencia, incluida la guerra, según los datos difundidos por la ONU.
En total, se estima que en todo el mundo hay 884 millones de personas sin acceso al agua potable, según la ONU, un bien fundamental que repercute en la sanidad, la seguridad y la calidad de vida de menores y mujeres.
Por ejemplo, las enfermedades que se propagan por el agua causan cada año la muerte a más de 1,5 millones de niños o, lo que es lo mismo, cada 15 segundos muere un niño por una enfermedad causada por la falta de acceso a agua segura para beber, el saneamiento deficiente o la falta de higiene..
Fuera de la órbita del control estatal de los gobiernos, con la "globalización" capitalista los recursos esenciales para la supervivencia quedaron supeditados a la lógica de rentabilidad capitalista de un puñado de corporaciones trasnacionales (con capacidad informática, financiera y tecnológica) que los controlan a nivel global.
En ese escenario, la producción y comercialización mundial del agua no está supeditada a la lógica del "bien social", sino a la más cruda lógica de la rentabilidad capitalista.
El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial del Comercio (OMC), tuvieron un papel clave en la apertura de los mercados del agua a las empresas transnacionales al promover la privatización y la exportación.
Leído por Martin
No entiendo nada de Economía, sólo sé del arte de cobrar el sueldo, dividirlo entre 30 y estiraaaarlo haciéndolo llegar hasta fin de mes.
Pero esa historia de los Bancos, es la de siempre. Aquí nos llevó a la crisis económica peor de todas las que nos ha tocado vivir, la del 2002. Como siempre, siempre pagamos los mismos .
Resulta impresionante y patético el momento que vivimos. Tanto poder del capitalismo... Da miedo asomarse a lo que puede ocurrir o han pensado que ocurra.
Un abrazo, Pepe. Te sigo.
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