27 de julio de 2012


Llegan las vacaciones; otra rutina más junto al mar, sin caminos ni mapas, donde los días se irán sucediendo, sólo en la medida que uno se encuentre ahí para saberlo. De guardia queda un latido muy débil, no es necesario más; quizá estar alerta para evitar caer en la tentación de volver al pasado a buscar explicaciones arqueológicas. Mucho menos a esta absurda película chinesca de sombras proyectadas, en la que uno intenta cambiar la misteriosa telaraña del destino. 


Es una oportunidad de oro. Los espejos –que fueron colocados al azar, uno frente a otro, para que reflejasen su propio vacío–  se encuentran deshabilitados, disuelta la angustia en la bruma de los atardeceres. 


Todo lo que sucede aquí, junto al mar, constituye una especie de niebla como decía Unamuno, que va vistiendo nuestras desnudas existencias. 

Codorníu.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues disfrútalas mucho Pepe, porque la imagen es de morirse de hermosa y tus letras pa morirse de lo mismo, de un ataque de belleza y yo creo que ya es en lo único que creo.

He estado una semana en los Alpes franceses, concrétamente en Grenoble y alrededores, qué paisajes, qué lagos, ufff, increíble y es que Francia, no te la acabas, ya sabes mi devoción por el país vecino.

Hoy de nuevo a la lucha, supongo que este mes no pararemos a diario como veniámos haciendo hasta ahora, somos poca gente y la cosa seguirá en septiembre, bueno, no tengo ni idea lo que pasará, porque el cabreo es supino.

Te abrazo amigo

Anónimo dijo...

Un besazo corazón, gracias por tu visita y por dejar tanto cariño siempre, que es mutuo. TQMogollón.

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Va caminando como camina la ansiedad, y las elucubraciones, reptar de sentimientos.
Estupendo el bolero, con eso que por aquí llamamos "tusa". UN abrazo. carlos

mera dijo...

Disfruta, disfruta. Un abrazo.