- Quizá todo lo que no se sueña,
Príncipe.
“Las mocedades de
Ulises”
Álvaro Cunqueiro.
Cuando amanece, todavía brillan algunas
ascuas. Los funambulistas ciegos avanzan despacio, dibujando manotazos en el aire
al cruzar el cable que cuelga entre las dos fechas más
importantes en la vida de todo ser humano. Hasta ellos sube un calor insoportable procedente del lecho del callejón, donde la combustión de los sentidos va dejando una alfombra de cenizas cada vez más gruesa. La mayoría sufre para mantener el
equilibrio; sudan a cada paso, se la juegan. Desde el fondo aún se elevan, revoloteando,
minúsculas pavesas que molestan al posarse en los labios o en las fosas nasales. Tal vez sean un puñado de instantes afortunados, que sobreviven al cuerpo por su cuenta. Muchos de ellos rozaron, gustaron, olfatearon, oyeron o se fijaron en algo con pasión; quizá se trate de miradas correspondidas cuando se contuvo el aliento bajo un puente de cejas.
Los funambulistas pisan tanteando cuidadosamente. Son conscientes
de la gran suerte que les adorna a pesar de ser invidentes: al menos, ellos tienen para poner el pie en alguna parte.
Otros no tenemos ni el puto alambre que nos diga hacia dónde, me comentó Mera (sabio y gallego como Cunqueiro) hace tres años. Los mismos que llevo dándole vueltas, buscando una salida, sin terminar de romper con la ceguera que impera en este mundo.
Codorníu.
Otros no tenemos ni el puto alambre que nos diga hacia dónde, me comentó Mera (sabio y gallego como Cunqueiro) hace tres años. Los mismos que llevo dándole vueltas, buscando una salida, sin terminar de romper con la ceguera que impera en este mundo.
Codorníu.
8 comentarios:
"Apalpa, filliño apalpa". Te diría uno de los ciegos de mi juventud. Hoy ni los de la ONCE son ciegos, moderneces... De lo dicho acepto lo de gallego como animal de compañía. Un abrazo.
Mera.
Si que coincidimos, acabando de escribir varios textos, entro aquí y leo lo del alambre y el funsmbulista y no me lo podía creer. Acababa de escribirlo esas palabras. Coincidencia, azar...? No creo demasiado en esas palabras.
Un abrazo
Ya estoy aquíiiiiiiiiii... He tardado en volver, pero da igual el tiempo tus aguas siguen el cauce hermoso, comprometido tal como es su dueño...Café para dos?
muchas veces no existe, hay que inventarla y vivir en la nube, al final, supongo que vivir en el mundo de los sueöos , siendo siempre niöo, puede ser un camino sabio, como dijo alguna vez Sartre "la vida es una estafa", por no decir, la gente...
Mi recordado amigo, las certezas se evaporan con los días. Pero siempre tenemos que seguir buscando, aunque en ocasiones no sepamos ni el qué.
Un placer regresar a tu lugar después de un tiempo triste para mi. Pero debemos seguir adelante, querido Pepe. Lo de atrás, ya nos lo sabemos.
Un abrazo muy fuerte.
Resistiendo siempre y en el mismo alambre, ahí estamos.
Abrazo
¡¡Si no tendremos alambre, que dicen que salimos de la crisis, ...y los parados son los mismos¡¡ ¿Dónde iremos los trabajadores que no hace falta que trabajemos?...Un mundo sin trabajo...un mundo sin trabajadores....NO TENEMOS ALAMBRE...
BEsossss
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