12 de mayo de 2008

Sonreí al ver aquella horterada en mi cabeza. Se trataba de un sombrero marrón oscuro de peregrino con una vieira en el centro de un círculo formado por la frase Camiño de Santiago. Segundos más tarde, sin embargo, mi reflejo oscilando en las aguas del puerto me hizo sentir un escalofrío por dentro: algo me decía que el mar procesaba con perplejidad los pixeles de la imagen que me miraba desde abajo.
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Al fin, no sé cómo, saqué una voz que me sorprendió a mí mismo y, alargando una mano, pude decir en voz alta:

— No se quede ahí, suba; perdone todo esto... ayer llovió muchísimo.

Hasta ese momento no había sido consciente del barrizal, como si sólo entonces, con la llegada de una conciencia ajena, pudiera recobrar la medida colosal del caos que imperaba en mi entorno.
Para mi sorpresa no le importó, al contrario: me dio a entender que encontraba algo bello entre aquellos desórdenes naturales, y acabé por creer que una mirada cálida se posaba en mis ojos... la memoria confunde ya esas cosas que pasan y no pasan. En cambio, sí recuerdo que en la taberna rechazó una copa de Martín Códax que le ofrecí mientras hablábamos.
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— Soy hipertenso —dijo.
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— Yo también lo soy —atajé—, pero el olvido prima en esta época de mi vida.
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Me devolvió una media sonrisa que, junto a la mía, zigzagueó por la escena como una gota recién nacida que busca su camino en un cristal empañado al amanecer. En el mostrador, mi inseparable "Justine", de Durrell, me consta que escuchaba.
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— Te entiendo muy bien, sé lo que es eso —añadió con un brillo especial en la pupila— El olvido es lo único que recuerdo a veces.
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Y cogiendo la copa de mi mano, terminó aceptando el albariño y salió para regresar al espejo precioso -entre las barcas- de donde había salido.
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Codorníu.

18 comentarios:

Lena yau dijo...

Tengo debilidad por el albariño y por los juegos especulares...

(Acaso será que el buen vino trae consigo al espejo...a todos los espejos posibles...a todos mis espejos)...

Tus letras son otro espejo.

Ya lo sabes...si alguna vez las encuentras empañadas, es mi aliento...

(Hazme hechizos buenos...)

Un beso grande, Pepe.

Lena yau dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Lena yau dijo...

¿Viste?

Se duplicó el comentario...

Otro abrazo!

FLACA dijo...

Es bueno cuando uno y el del espejo pueden encontrarse y hasta festejarse tomándose una.Ficción/realidad, arte/vida, Codorníu/Pepe.
Aquí no existe el albariño, no sabés lo que daría por porbarlo. Un beso.

carlota dijo...

Diálogos de espejo. Lo releo y voy encontrando cosas nuevas, detalles.
Diálogos sobre el olvido.
Besos, solitario.

Anónimo dijo...

Yo me pregunto Pepe, si en el vientre de tu madre, ya escribías, si has hecho algo más en tu vida que escribir... no sé Pepe, se de tu gusto por pasar sin hacer ruido, pero todo lo que escribes, tendría que ser para el MUNDO.
Me pasa como con Pato... te leo y tiemblo.
Un beso querido Codorniu

Patricia Angulo dijo...

Sonrío, luego de leer a Calma (gracias :)
Estaba pensando algo parecido a lo que ella te ha dicho.

Siento que te movés entre las letras como pez en el agua, como reflejo en el agua, como barquito en el agua.

Y tus lectores vamos ahí en la boca del pez, entre los reflejos, en las barcas que vos llevás de viaje.

Besos

Maria Coca dijo...

Tienes una gran capacidad para describir ambientes. Siempre me meto en el lugar que describes. Y en este lugar, el recuerdo y el olvido beben juntos en un presente. Qué bueno.

Besos desde mi orilla.

la cocina de frabisa dijo...

Narrar situaciones que hagan llegar al lector sentimientos, olores, lugares, siendo muy difícil, consigues hacerlo fácil.

Me quedo con esta magnífica frase

"El olvido es lo único que recuerdo a veces"


un beso

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

Después de leer por despiste el comentario de frabisa pienso que es lo mismo que diría yo. Incluso la frase es fantástica.

Margot dijo...

El otro lado del espejo nos puede traer estas sorpresas... me recordaste a un amigo que dice: "nosotros ya no tenemos edad para aprender, como mucho, en todo caso, la tenemos para empezar a olvidar".

Cachis! a Martin Codax nunca lo bebí, leerlo sí. Tendré que remediarlo, es un buen albariño?

Un beso, Codorniú, y un brindis!

Patricia Angulo dijo...

El comentario que dejaste en mi blog, es un poema increíble!!

Besos y gracias :)

Anónimo dijo...

Qué miedo el olvido...
Y qué inevitable.
Y más miedo...

Fernanda Irene dijo...

Creo que eres el ser humano con más nostalgia por centímetro cuadrado que haya pisado la tierra. ¿Albariño? Para mi que tú solo bebes saudade.

Un tierno abrazo, Codorníu

Sasian dijo...

acaso te estabas invitando a ti mismo?.

Un abrazo y un brindis con tu albariño por ti y por tus bellos escritos.

mera dijo...

Pepe,
Yo después del albariño en tierra me voy a tomar las copas con los del agua. Y eso, porque no los veo bien, sinó no saldría con gente tan mayor. Cuando me miro en el espejo digo: Leches, como ha envejecido mi padre. Un abrazo.

Nosotras mismas dijo...

Hola,

Anímate a seguir la historia. Tod@s te estamos esperando.

Besos.

Yeli dijo...

Fabuloso...tiene magia, tiene vida entre línes y palabras! Bravo!!!!
Un abrazo
Yeli