28 de marzo de 2009

.
Anoche, me hubiera gustado encontrarte.

Cuando la Historia hable de luchadores incansables, de gente que lejos de cualquier interés lo dio todo por los demás; cuando hable de hombres que se fueron dejando la vida y los pulmones tras un mundo más justo; cuando vuelva a oír a Silvio (citando a Bertold Brech), hablar de hombres imprescindibles, yo ya sé ponerle a todo eso un rostro y una voz.

Fue un acto emotivo, lleno de amigos de Quintín: Luis Pastor, Elisa Serna, Olga Manzano, Eliseo Parra, Angel Petisme, Suburbano, Adolfo Celdrán... y muchas referencias a la lucha de los cantautores por una justicia social, a la dictadura, a los sueños de tanta que gente que se fue quedando en el camino por un mundo mejor.

Los hijos salieron al escenario y hablaron de su padre, la mujer contó de Quintín y terminó diciendo: "La República, siempre".

Todos los que me lo han contado coinciden en que el acto les hizo retroceder muchos años, cuando no existía el desencanto dichoso, y cuando todos pensábamos que los ideales moverían montañas.

Me dices que estuviste de pie un montón de tiempo buscando a algún "barba blanca" que te saludara... que llegaste a pedirle a los de sonido que anunciaran a "Pepe Codorníu", que no quisieron...
.
No pude ir. A mi edad ya está uno acostumbrado con creces a tener que renunciar a última hora, e inesperadamente, a algo que viene soñando con que llegue. Quintín sabrá perdonarme, porque era un hombre bueno.
.
(Mandadme más correos del acto, por favor. Las emociones me hacen saltar las lágrimas con cada uno; pero prefiero eso a las orejeras cutres que vocean que "éste es el mejor de los mundos posibles")

Codorníu.
.

19 de marzo de 2009

.
Hoy es un día muy especial en mi vida, siempre lo ha sido hasta donde me llega el recuerdo. Desde muy pequeño, tengo una imagen de mi casa llena de gente, sin sillas suficientes para todos; con visitas que iban y venían, los amigos de mi padre, la familia... Ahora ya no es lo mismo en cuanto al jaleo: el tiempo lo cambia casi todo de sitio. Además, muchos de aquellos seres murieron. Pienso en ellos, en mi madre principalmente. Sin embargo, el tronco central del evento aún subsiste: es él. Tiene noventa y ocho años, y vive conmigo, ya sabéis.
..
Pues bien. Hoy es nuestro santo, el de los dos; y he querido volver a traer aquí un texto que colgué en el 2007, nada más comenzar este blog. Lo elegí, porque me pareció muy entrañable entonces, y me lo sigue pareciendo ahora. Dice así:
.
.
"Mi padre habla poco; sin embargo, me contó ayer en la cena que llegó a Madrid en el año 1929, en un coche de línea muy lento que se detenía en todos los pueblos de Castilla.
.
Recuerda que, desde el autocar, vio por primera vez la Gran Vía, y le pareció tan grande y hermosa como un futuro. Su vista no cabía en una sola ventanilla, y tuvo que mirar también por las de al lado para poderla contemplar toda de golpe. Los chavales, como él, agitaban la mano desde la calle y corrían en paralelo al pasar...
.
Mi madre aún no estaba a su lado, porque -aunque eran de dos aldeas vecinas- sus caminos esperaron a Madrid para encontrarse. Pero él, refiriéndose a ella, dice que ya intuía que sonreía como yo. Como hacemos en algunas fotos porque lo llevamos en la sangre. Eso me contó anoche. A mi hijo también lo traemos en la sangre trompicando desde una aldea gallega, le comenté. Su pelo rubio, el viento en la cara (a veces la bruma) y eso de la sonrisa que decía antes, lo cantan a las claras.
..
Mi padre aprendió a hablar castellano muy rápido, porque le sonaba a fino y a ciudades bonitas. Venía a segar con dieciséis años, tan sólo. Y tan solo"
.
Felicidades, papá: tú sí que llevas en la piel "RESISTIR"

Codorníu.
.

14 de marzo de 2009

.
.
...............Esta foto... ¿qué os dice esta foto?

............Codorníu.


12 de marzo de 2009

.
Al principio no sabía por qué debíamos olvidarnos de esa manera… Ahora ya sí, ahora ya lo sé. Al fin y al cabo, mi inconsciente, atiborrado de ausencias y agujeros, se fue convirtiendo en la casa del viento, y él me lo dijo todo una noche, bajo un manto de estrellas.
.
La mirada de Saleta, especialmente vizca -casi perfecta en ese arte-, hizo de prisma multiplicador de imágenes como un regalo final de todo lo que habíamos compartido.
.
A partir de entonces, colocados uno frente al otro, como dos paralelas infinitas, fuimos empañando nuestros mutuos vacíos, sin que pudiéramos hacer nada para evitar quedar malheridos y desparramados bajo esa cascada loca que fue nuestra vida... siempre a la orilla de un sueño esmeralda, pero siempre de espaldas.

Codorníu.
.

8 de marzo de 2009

Buen domingo, buen día de la mujer...

.
A principios de los setenta, Chumpéter y yo habíamos escogido Santiago para estudiar Económicas, en una de esas chaladuras que nos daban en El Comercial y que, por otra parte, hacían nuestra vida más fresca e imprecedible; cosa que ahora (en este mundo de tanta seguridad) cambiaría a ojos cerrados, sin lugar a dudas.
.
Aquella pensión de la rúa del Franco, a dos pasos de la facultad y las tabernas, nos pareció ideal; no sólo por el precio, sino porque la habitación era la más amplia de todas las que habíamos visto, y además tenía una envidiable galería acristalada llena de potos con el piso de madera barnizada y calentita, y unas vistas, que nos parecieron el perchero ideal para colgar, definitivamente, la vida tan frenética que traíamos de Madrid y el recuerdo de las paredes grises, crispadas e inhumanas del metro.
.
Pero la convivencia es la prueba del algodón de todos los acoplamientos, y enseguida supimos que éramos muy distintos. Mientras él engullía las teorías de Keynes, Samuelson y Milton Friedman (como si en su mano estuviese resolver los ciclos históricos del capitalismo), yo no dejaba ni las raspas de aquellos "Triunfos" que reventaban nuestra habitación, y comenzaba mis bosquejos por las servilletas de los mostradores, intentando que me publicasen algunos relatos en Galaxia como a Méndez Ferrín, un tipo que ahora encabeza listas electorales, y que un día me presentaron en el Derby. Entre tanto, Chumpéter terminó muchas cosas: se licenció en los cinco años preceptivos; encontró un trabajo, al poco; y me llenó –por último– la habitación de gráficos, en un abrir y cerrar de ojos.
.
En todo ese tiempo, yo vi pasar los años (los mismos años) envuelto en reuniones del partido, tertulias literarias, Portugal sin parar; y cine, mucho cine. Únicamente terminamos haciendo en común una cosa (y siempre en invierno): unas escapadas al galope, cámara al hombro, rumbo a los puertos y acantilados que surgían entre aquella bruma, al encuentro de rincones mágicos que encuadrábamos una y otra vez, para llevarlos a revelar a la buhardilla de Saleta, sin saber entonces el porqué de esa carrera, que hacía retumbar sus cascos en nuestro interior, detrás de la FOTO -con mayúsculas- que abriría el corazón de la princesa, como en los cuentos de Andersen.
.

Codorníu
..

4 de marzo de 2009

Ya nadie recuerda el chapapote...

Esta capacidad de olvido
está afectada por el clima húmedo,
somnoliento y gris de esta tierra
que gira lejos del centro, de los centros....


Mal comunicada... es como una reserva extraña,
-quizá encantada-
en este Finisterre donde la Tierra ya no acaba
desde que existen
nuestros amigos argentinos y uruguayos.


Para engrosar mi pena, los versos de Curros Enríquez,
cantados por L. E. Batallán
(siempre envueltos en bruma),
regresan entre quejidos de gaitas,
cada cuatro años:

"pra min non hai maio,
pra min sempre é inverno"


Codorníu.
.

2 de marzo de 2009


- En mi mundo cuando se corre,
se cambia de lugar -explica Alicia.
A lo cual la reina exclama:
- ¡Vuestro país es muy lento!
Aquí, como ves,
hay que correr lo más rápido posible
para permanecer en el mismo lugar.
.
Alicia a través del Espejo, Lewis Carroll
.
.
Codorníu.
.